Turismo
Así es el pueblo boyacense que antes se llamaba Piranguatá; considerado como uno de los más lindos del departamento
Este municipio se encuentra ubicado en la Provincia de Márquez, a una distancia de 30 kilómetros de Tunja.
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Entre la amplia y diversa lista de pueblos llenos de encanto que convierten a Boyacá en uno de los destinos turísticos más atractivos de Colombia, destaca el municipio de Jenesano, una joya ubicada en la Provincia de Márquez, a una distancia de 30 kilómetros de Tunja.
Esta población enamora a quienes la visitan por su agradable clima, su ambiente tranquilo y los paisajes naturales que lo rodean, aspectos por los que en 1999, la Corporación de Turismo de Boyacá lo declaró el pueblo más lindo de Boyacá, de acuerdo con el Sistema de Información Turística del departamento (Situr).
Como parte de este reconocimiento también se destacó la calidez de su gente, su cultura, aspecto colonial, entre otras cualidades que aún conserva, consolidándose como un destino obligado de las maravillas boyacenses imperdibles.
“Jenesano es ganador por lo aseado y limpio, con fachadas bien pintadas y ordenadas, este municipio de la provincia de Márquez ha sido seleccionado como el pueblo más lindo de Boyacá”, fue el veredicto del jurado el año en el que recibió esta distinción.

Lo que muchos no saben de Jenesano
En sus inicios, esta población era conocida bajo el nombre de Piranguatá hasta que en 1830 el sacerdote Andrés María Gallo decidió cambiarlo debido a la similitud que había encontrado en este destino boyacense con el paisaje natural de la localidad italiana de Genazzano di Roma.
Además, su nombre actual proviene del latín ‘Gen Sana’ que significa “gente sana”, según indica la Alcaldía Municipal en su sitio web.
De sus características geográficas es importante mencionar que este municipio se extiende sobre una de las estribaciones de la cordillera Oriental, entre una altura de 2.100 y 2.900 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo a sus visitantes un entorno natural privilegiado.
Gracias a su ubicación es posible encontrar una diversidad de paisajes y climas que hacen del pueblo un destino ideal para el turismo de naturaleza y descanso. Hacia el oriente se levanta el imponente páramo de Bijagual y, al occidente, el páramo de Rabanal.

En las zonas más altas predominan los ecosistemas de páramo, donde crecen frailejones, encenillos y gaques, mientras que en las áreas más bajas el clima permite el cultivo de productos de clima medio como granadilla, chirimoya, naranja y caña panelera, aportando color y sabor al paisaje rural.
El casco urbano se asienta en un amplio llano, al pie de una colina, formando una pintoresca hondonada rodeada de suaves elevaciones y muy cerca del río Jenesano, cuyas pequeñas cascadas descienden desde las montañas creando un escenario único.


