A tan solo 150 kilómetros de Tunja, la capital del departamento de Boyacá, se encuentra una auténtica joya escondida que aún permanece fuera del radar de muchos viajeros.
Este destino invita a descubrir una faceta de Boyacá que pocos conocen, ofreciendo paisajes sorprendentes, tradiciones ancestrales y experiencias únicas que permiten conectar con la riqueza cultural y natural de la región.

Se trata de Briceño, un municipio que fue fundado el 25 de julio de 1890 y fue bautizado con este nombre en honor al general Manuel Briceño, político conservador nacido en Bogotá.
No obstante, antes de su fundación, el poblado era una aldea llamada Puripí, la cual pertenecía al antiguo territorio Muzo, habitado por indígenas Caribe, señala el Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr).

El municipio se encuentra en las estribaciones de la cordillera Oriental, en la pendiente que desciende hacia el Magdalena Medio, brindando a sus visitantes un paisaje lleno de encanto y diversidad natural.
Cuenta con una vegetación nativa propia de un clima templado húmedo, aspecto que lo convierte en un entorno ideal para el cultivo de café, caña de azúcar, frutales, plátano y yuca, entre otros productos.
Además, el pueblo se destaca por la práctica de la ganadería, que se integra de manera armoniosa con el paisaje y brinda la posibilidad de conectarse de manera auténtica con las tradiciones del campo.
Uno de los aspectos más característicos de Briceño, además de su agradable clima, es la calidez y amabilidad de su gente, una cualidad que los turistas extranjeros valoran profundamente y que convierte cada visita en una experiencia acogedora.
Al llegar a este pueblo, los viajeros encuentran una amplia variedad de sitios para explicar, entre ellos la iglesia de Nuestra Señora del Amparo, ubicada en el parque principal, la cual refleja el fervor religioso de los habitantes.

Para los amantes de la aventura y la naturaleza, se encuentran lugares como las cascadas Guayabal, El Tabor y La Moya, que conforman una cadena de caídas de agua perfectas para refrescarse después de haber disfrutado el fascinante paisaje que ofrece este destino.

En la cabecera municipal, los visitantes también encuentran una piscina artificial conocida como Las Vegas, un espacio ideal para disfrutar de diversas actividades acuáticas en un entorno seguro y divertido.
Este lugar se ha convertido en un punto de encuentro tanto para familias como para grupos de amigos, ofreciendo la oportunidad de relajarse, refrescarse y compartir momentos de entretenimiento lejos del bullicio de las grandes ciudades.










