Turismo
Así es la capital comercial del suroeste antioqueño, un pueblo que deslumbra con la arquitectura de sus templos
Está ubicado a menos de cuatro horas de Medellín.
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El departamento de Antioquia se caracteriza por contar con varios pueblos catalogados como “galerías de arte colonial”. Esto se debe a que cuentan con construcciones bien conservadas que transportan a sus visitantes a una época pasada y despiertan la curiosidad por explorar cada uno de sus rincones.
Un buen ejemplo de esto es el municipio de Andes, ubicado a 126 kilómetros de la ciudad de Medellín aproximadamente, lo que representa un viaje por carretera de unas tres horas y diez minutos, tiempo que puede variar dependiendo de varios factores como hora y punto de partida, tráfico, clima y estado de las vías, entre otros.
Este pueblo también es conocido como la capital comercial del suroeste antioqueño o la ciudad intermedia de Colombia, famoso por ser la cuna del escritor, filósofo y periodista antioqueño Gonzalo Arango, fundador del movimiento nadaísta.
Su estratégica ubicación en el suroeste del departamento hace que por el norte límite con los municipios de Betania, Hispania y Pueblorrico; al este con Jardín y Jericó; al sur con el departamento de Risaralda, y al oeste con Chocó y nuevamente con Risaralda, según datos registrados en la página de la Alcaldía municipal.

Con una extensión de 403 kilómetros cuadrados, es un territorio lleno de paisajes verdes, tradición y encanto rural que invita a recorrerlo sin prisa, encontrando entre sus sitios de interés más populares dos templos que enamoran con su imponente arquitectura: la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes y la Parroquia San Pedro Claver.
La historia de los templos de Andes
El emblemático templo Nuestra Señora de las Mercedes es uno de los más representativos del municipio. Inicialmente, fue una modesta construcción en madera rústica y tapia, cuando aún era una viceparroquia dependiente de Concordia.
Sin embargo, en 1921, el antiguo templo fue demolido para dar paso a una nueva edificación, cuya construcción comenzó al año siguiente bajo la técnica de cal y canto, con diseño de Samuel Mejía Ochoa.

Años más tarde, en 1953, el templo fue reconstruido, esta vez con una estructura de hierro y concreto al estilo gótico flamenco, gracias a la asesoría y dirección de un arquitecto italiano que le dio su aspecto majestuoso y actual.
Por su parte, el templo San Pedro Claver, ubicado en el barrio San Pedro, es una joya arquitectónica que conserva la esencia del pasado. Fue construido sobre terrenos donados por don Ponciano Rondón y su edificación, que tardó cuatro años, se realizó con muros de tapia y pisos de adobe cuadrado, materiales que reflejan la tradición artesanal de la época.

En su interior, los visitantes pueden admirar magníficos altares de madera tallada, obra del maestro andino Antonio Colorado, y una colección de vitrales que llenan el espacio de luz y color, creando una atmósfera de serenidad ideal para la contemplación y el turismo cultural o religioso.