Hablar de Monguí es sumergirse en un destino de ensueño que traslada al pasado y que es fiel testigo de la historia de la época de la colonia, en donde los viajeros no solo se encuentran con una gran belleza, sino con un espacio rodeado de tranquilidad que invita a descansar.
Con su arquitectura colonial bien conservada y su riqueza histórica, Monguí se convirtió en un destino popular para el turismo en Boyacá. Sus encantadoras calles empedradas invitan a los visitantes a explorar cada rincón de este hermoso lugar, precisa el portal oficial Colombia Travel.

Este municipio alberga todo un abanico de atractivos y uno de los más llamativos es la plaza principal, que es el centro de las actividades cotidianas de sus habitantes y que está enmarcada con diversas entidades civiles y religiosas con edificaciones que son fieles exponentes de su influencia arquitectónica colonial española.
En este destino hay varios planes que los viajeros pueden realizar y por ello las vacaciones de fin de año son una buena excusa para visitarlo. Estos son cinco de ellos.
Puente de calicanto: Esta construcción se realizó entre 1603 y 1715 y tiene unas grandes particularidades como, por ejemplo, que se edificó con piedra, cal y sangre de toro, según la Red Turística de Pueblos Patrimonio de Colombia.

Basílica Menor de Nuestra Señora de Monguí: Fue declarada Monumento Nacional en 1975. Se dice que fue construida con piedra extraída de la Piedra de Otí y en su parte frontal tiene los escudos de los reinos de Aragón y Castilla que evidencian la influencia hispánica. Quien llegue hasta este pueblo no puede dejar de visitar este lugar con características tan especiales.

Recorrer las fábricas de balones: Una de las principales actividades económicas de Monguí es la fabricación artesanal de balones de fútbol, que ha pasado de generación en generación. Así, uno de los planes es recorrer las fábricas y comercios de estos productos y conocer su historia.

Peña de Otí: Este es uno de los atractivos naturales imperdibles en este municipio boyacense. Se trata de una elevación montañosa, ubicada a 30 minutos de la cabecera municipal, a donde se puede llegar realizando una caminata tranquila, que permite apreciar la variedad de especies vegetales allí presentes; cuando se llega a la cima, el “Gran mirador” deja ver la topografía de la región.
Visitar el Páramo de Ocetá: Este es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza. Es un paraíso ambiental con un enorme ecosistema que representa una rica biodiversidad, con una vegetación propia de bosque alto andino y páramo. Ocetá en lengua muisca significa “casa del sol”. Está ubicado a 4000 metros sobre el nivel del mar y en este lugar se encuentran sitios de interés como monolitos, la cascada de Penagos y la peña de las águilas, entre otros.










