Turismo
El colorido municipio del Quindío con nombre de ciudad italiana, un destino colonial rodeado de una imponente belleza natural
Esta población está ubicada a media hora de Armenia, capital del departamento.


En Colombia muchos municipios, ciudades y hasta barrios tienen nombres de ciudades o destinos europeos y uno de ellos es Salento, en el departamento del Quindío.
Esta población, considerada una de las más lindas de la región y del país, fue nombrada de la misma forma que una provincia italiana, ubicada en el llamado ‘talón’ de la bota de ese país europeo. Es un lugar bañado por el mar y con lindas playas, que lo hace muy atractivo para los viajeros.
Aunque el Salento colombiano no tiene mar, ni playas, sí posee otra serie de atractivos que resultan imperdibles para quienes deciden realizar un viaje o un paseo por el Eje Cafetero y particularmente por el Quindío.
Esta joya turística se encuentra muy cerca de Armenia, capital del departamento, que se caracteriza por tener una arraigada cultura cafetera, con un gran valor agregado y es la cercanía al Valle del Cocora, destino en el que se encuentra la palma de cera, la más alta del mundo y un símbolo nacional.

Salento es la población más antigua de esta región, en donde se disfruta de un clima promedio de 18 grados centígrados, un lugar acogedor en el que se puede apreciar el colorido de su arquitectura basada en casas hechas de bahareque, con balcones llenos de flores de distintas tonalidades y matas de helecho.
Este es un destino con diversidad de encantos para conocer. Lo primero que los viajeros no pueden perderse es un recorrido por el centro del pueblo.
Allí se encuentra el parque principal, la Alcaldía, el templo de Nuestra Señora del Carmen, restaurantes y almacenes, los cuales se pueden apreciar en medio de un ambiente tranquilo, mientras se degusta de una rica taza de café y se conoce la historia del municipio contada por sus habitantes.
El parque está adornado por numerosas bancas y jardines que acompañan en el centro a una estatua del Libertador Simón Bolívar. Así mismo, se aprecian los “yipaos”, que son vehículos tradicionales y hacen parte de la cultura de los habitantes de la región.
En el casco urbano está la llamada ‘calle real’, que conduce al Cerro Alto de la Cruz. Al final de la caminata, los turistas se encuentran con una escalera, cuyo final ofrece una de las mejores vistas de la región.
A las afueras
Cumplidos estos planes, es momento de explorar en las afueras del pueblo, en donde las fincas cafeteras, montañas y ríos, entre muchos otros espacios, brindan una gran experiencia de contacto con la naturaleza.

Una actividad obligada es visitar el Valle del Cocora, localizado 10 kilómetros al norte de Salento, comprende alturas que van desde los 1.800 metros hasta los 2.400 metros, presentando al mismo tiempo variaciones ambientales de clima medio y frío, según información de la Gobernación del Quindío.
En el recorrido hasta este lugar el viajero se encuentra con hospedajes típicos, criaderos de truchas y más de tres mil clases de plantas. La temperatura baja, aún más, cuando por esta ruta se accede al Parque Nacional Natural Los Nevados.
En el camino se transita paralelo al río Quindío, que nace en la cordillera Central. El punto de llegada es La Truchera, donde varios restaurantes ofrecen distintas preparaciones de este tipo de pescado. Allí mismo se contrata el servicio de guías para las salidas ecológicas y se alquilan los caballos, para quienes deseen hacer este plan. Los recorridos pueden durar desde tres hasta ocho horas, dependiendo de las distancias y del tiempo disponible del aventurero.
En las afueras de este pueblo hay diversos planes para hacer como observación de aves, recorrer fincas cafeteras y conocer el proceso de producción del grano, hacer caminatas y disfrutar de ríos y cascadas, así como de lindas panorámicas en algunos cerros de la zona. Sin duda, un lugar para conocer y disfrutar de sus encantos; nada que envidiarle al Salento italiano.