El destino caribeño ideal para el turismo ecológico, un paraíso terrenal imperdible, muy cerca de Santa Marta

El departamento del Magdalena es uno de los destinos que los viajeros no deberían perder la oportunidad de conocer en algún momento de la vida. Esta región del país ofrece variedad de atracciones turísticas, culturales y naturales que la hacen ideal para quienes buscan combinar sol, historia y aventura.

Este territorio cuenta con algunas de las playas más hermosas del Caribe colombiano, como las de Santa Marta, Taganga, y la del Rodadero. En sus tierras también se encuentra el Parque Nacional Natural Tayrona, que es uno de los destinos naturales más famosos del país.

Santa Marta, su capital, es la ciudad más antigua de Colombia y es un lugar rico en historia, además de que tiene una importante oferta cultural, como museos, iglesias históricas y la plaza de Bolívar.

Para quienes aman la naturaleza y la aventura, está la Sierra Nevada de Santa Marta, que es considerada un paraíso natural. Es el hogar de varias comunidades indígenas y ofrece rutas de trekking únicas que los viajeros tienen la posibilidad de conocer y disfrutar.

Precisamente en las estribaciones de este paraíso natural se encuentra el corregimiento de Minca, al que se le conoce como “la capital ecológica de Colombia”. Está ubicado a 21 kilómetros de Santa Marta y, según el portal oficial de turismo Colombia Travel, solía ser el asentamiento de la comunidad de los indígenas Taironas.

Es un destino imperdible para conocer si se está de paseo por la capital del Magdalena. Uno de sus grandes atractivos es el Museo del Cacao, en donde también está la única fábrica artesanal de chocolate de la zona.

Este corregimiento destaca por sus espectaculares senderos, gran variedad de cascadas, lindas fincas cafeteras, senderos ecológicos, coloridos paisajes, y la posibilidad de realizar avistamiento de aves, especies que hacen de este lugar un paraíso para los amantes a la naturaleza y para quienes quieren desconectarse del día a día.

Cascadas para disfrutar

Uno de los planes imperdibles para realizar en este corregimiento es ir a las cascadas de Marinka, que son un balneario con dos piscinas naturales, que quedan a menos de cuatro kilómetros del pueblo. Hasta allí se puede llegar realizando una caminata, en un recorrido que tarda unos 90 minutos, aproximadamente.

Si bien este es lugar en el que se cobra por el ingreso, este vale la pena cuando la persona se sumerge en las encantadoras aguas y reposa en las hamacas que se encuentran suspendidas entre los árboles, lo que brinda momentos de reposo y tranquilidad invaluables.

Un este territorio también se encuentra el pozo azul, un valle lleno de árboles con múltiples cascadas atravesadas por el río Minca. Queda a 4,8 kilómetros del pueblo y es posible llegar hasta allí caminando, en carro o haciendo uso de una ruta privada.

Se dice que este lugar fue llamado así por la refracción del espectro solar, un fenómeno que genera rayos de luz de distintas tonalidades de azul, que atraviesan las ramas de los árboles y se ven reflejados en las cascadas. Sus aguas son ideales para recibir masajes de hidroterapia y vivir así momentos relajantes y de esparcimiento en ese lugar.

A esto se suman las fincas cafeteras que se pueden visitar, disfrutar de un buen café y conocer del proceso de producción y elaboración de esta rica bebida.