El Eje Cafetero es, sin duda, uno de los destinos que llaman la atención para pasar unos días de vacaciones. Se caracteriza por ser una región de gran belleza natural en donde es posible conocer de su cultura cafetera, rodeada de montañas, ríos y cascadas que la hacen única.
Este es un territorio famoso por sus parques naturales y sus encantadores pueblos, como Salento, que invitan a los turistas a explorar sus calles llenas de historia y tradiciones, en las que destaca el colorido de sus construcciones con balcones.

Además, el Eje Cafetero permite vivir la experiencia de ver de cerca el proceso del café, desde su cultivo hasta su cosecha y preparación. Quienes llegan hasta este destino tienen la posibilidad de realizar recorridos por fincas cafeteras, aprender sobre la importancia de este grano en la cultura local y disfrutar de las exquisitas tazas de esta bebida.

A esto se suman actividades al aire libre, como caminatas, avistamiento de aves y visitas a hermosos miradores, que hacen del Eje Cafetero un destino ideal para quienes buscan una mezcla de aventura, naturaleza y cultura en sus vacaciones.
Entre artesanías y palmas de cera
Uno de los encantadores destinos que ningún viajero debería perderse en un recorrido por estas tierras es Salento, un mágico y colorido pueblo que conecta con la historia y con costumbres y tradiciones que vale la pena conocer.

Se le conoce como la cuna de la palma de cera y es considerado un paraíso detenido en el tiempo. Sus casas y balcones permanecen intactos y la diversidad de colores en sus flores son de admirar. Las construcciones de este pueblo, considerado el más antiguo del departamento del Quindío, son una representación de las típicas casas paisas, que son habitadas por gente cálida y encantadora.

Además de estos atractivos, las artesanías de Salento hablan por sí solas y se han consolidado como una de las manifestaciones más representativas de la cultura de sus habitantes, pues los detalles de cada pieza elaborada es único y contiene un valor diferencial, gracias a que son productos hechos a mano y con materias primas propias de la riqueza natural y la biodiversidad de este lugar.
Como si esto fuera poco, la neblina hace parte de sus encantos. Allí los viajeros se encuentran con un ambiente en el que la niebla cubre las montañas y los valles en un espectáculo imperdible.
Esto se puede disfrutar de forma especial en el Valle del Cocora, uno de los destinos más emblemáticos del Eje Cafetero, caracterizado por sus elevadas palmas de cera, el árbol nacional de Colombia. Este árbol es esencial para la existencia de un ave muy vistosa y endémica: el loro orejiamarillo. Allí, los viajeros pueden realizar diversidad de planes y actividades al aire libre y en pleno contacto con la naturaleza.










