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Estos son los riesgos que enfrentan los aviones al sobrevolar la Antártida; ponen en peligro la operación
Este continente es el más frío de la Tierra.
Se dice que la palabra Antártida proviene del griego antarktikos, que significa “opuesto al ártico”, lo que indica que refiere al polo sur, en donde está ubicado este continente, cuyas características climáticas lo convierten en el más inhóspito y riguroso del planeta.
Los organismos que habitan en ese lugar poseen mecanismos fisiológicos adaptados a las condiciones propias de la región y su biodiversidad es única. La Antártida es el continente menos poblado de la Tierra. Se trata de una zona cuyo número de habitantes varía de acuerdo con la estación.
Es una gran extensión de hielo y nieve que cubre aproximadamente 14 millones de kilómetros cuadrados. Este continente, que contiene el polo sur geográfico, es conocido por sus condiciones extremas: es el lugar más frío, seco y ventoso del planeta, precisa información de la Organización de Estados Iberoamericanos.
Uno de los datos relevantes es que la altitud media de la Antártida es de unos 2.000 metros sobre el nivel del mar, con su punto más alto en el macizo Vinson, que alcanza los 4.900 metros. Alrededor del 98 % de su superficie está cubierta por una capa de hielo.
Este continente incluye una décima parte de la superficie terrestre del planeta, casi el 90 % el hielo de la Tierra, y un 70 de su agua dulce. Es un continente crucial para regular el clima y la absorción de dióxido de carbono por parte del agua de mar.
A pesar de su extensa área, la Antártida es una de las pocas regiones del mundo que no es sobrevolada por aviones comerciales y hay quienes se preguntan por qué, a pesar de los avances tecnológicos en materia aérea, los aviones no cruzan por allí. Estas son las razones.
¿Por qué no hay actividad aérea en la Antártida?
Según el portal Aviation Group, de España, las temperaturas frígidas pueden llevar al congelamiento de componentes críticos del avión, como los motores y los sistemas hidráulicos, afectando significativamente su funcionamiento.
A esto se suma que la región es conocida por sus fuertes vientos y frecuentes tormentas de nieve, lo que complica aún más la navegación y el control del vuelo. Estos factores ambientales hacen que volar sobre la Antártida resulte muy peligroso y ponga en grave riesgo la seguridad de la aeronave y sus ocupantes.
Otro factor crucial es la dificultad en la navegación cerca del Polo Sur. De acuerdo con los expertos, la proximidad al polo magnético puede causar interferencias en los sistemas de navegación basados en satélites, como el GPS, y las brújulas magnéticas se vuelven ineficaces, por lo que se asumen riesgos, debido a que esto puede desorientar a las aeronaves que dependen de estas herramientas para la navegación, incrementando el riesgo de error humano o desviación de curso.
La falta de infraestructura de emergencia adecuada en la Antártida también es un impedimento significativo, asegura el mencionado sitio web. En caso de emergencias, como una falla mecánica o una situación médica urgente, no hay suficientes aeropuertos que puedan manejar un avión comercial grande y están esparcidos a grandes distancias entre sí, lo que limita las posibilidades de realizar un aterrizaje de emergencia, presentando un riesgo considerable para la seguridad de los pasajeros y la tripulación a bordo.
Además, las regulaciones ambientales y los tratados internacionales, como el Tratado Antártico, limitan los vuelos sobre la región, pues en este caso en particular enfatiza en la conservación del medio ambiente antártico, reduciendo las actividades humanas.
Si bien no prohíbe específicamente los vuelos sobre el continente, las restricciones impuestas hacen que las operaciones aéreas sean más complicadas y menos atractivas para las aerolíneas. A esto se suma que desde la perspectiva operacional y económica, los vuelos sobre la Antártida no son viables, pues requieren preparaciones especiales y equipamiento que incrementan los costos y hay muy baja demanda del servicio.