Turismo
Iza, una parada obligatoria para los amantes de los postres en Boyacá
Este pintoresco pueblo es un destino imperdible para los amantes de los postres y la tranquilidad.
A poco más de 200 kilómetros de Bogotá, se encuentra el encantador municipio de Iza, ubicado en el departamento de Boyacá.
En el año 2002, el Ministerio de Cultura lo declaró bien cultural reconociendo su valor histórico, arquitectónico y cultural. Sin embargo, es su tradición gastronómica, especialmente sus postres, lo que ha hecho de Iza un lugar famoso entre locales y turistas.
El paraíso de los postres.
Iza es conocido como la Capital Mundial de los Postres por una buena razón: aquí, los visitantes pueden deleitarse con más de 20 variedades de manjares, que van desde flanes y tortas hasta exquisitos bocados preparados con frutas locales.
Uno de los aspectos más comentados por quienes visitan el municipio es la calidad de sus postres, que no solo se destacan por su sabor, sino también por su presentación. Como relata un visitante en los comentarios de Tripadvisor: “Los postres son más refinados, estéticamente bonitos y con un excelente sabor”.
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Otro comentario menciona: “Es un pueblo muy bonito, supertranquilo, las calles muy limpias, la gente muy amable... lleven dinero porque se van a antojar de todos los postres”.
Entre los locales más recomendados para probar estas delicias se encuentran los puestos situados alrededor del parque central y en las cercanías de la iglesia principal.
A pesar de que muchos negocios ofrecen productos similares, los visitantes coinciden en que todos valen la pena probar. Como dice otro turista: “La plaza de los postres tiene casi los mismos en todos los puestos, pero son ricos”.
Más allá de su gastronomía, Iza ofrece una experiencia de relajación y calma, en contraste con el bullicio de las grandes ciudades. Aquellos que buscan un refugio del estrés diario encuentran en este pueblo un ambiente acogedor y tranquilo. Los habitantes de Iza son descritos como amables y hospitalarios, lo que refuerza el encanto de este destino.
El paisaje que rodea al municipio, con sus casas de arquitectura tradicional y calles limpias y tranquilas, invita a caminar sin prisa, disfrutando del silencio y la belleza del lugar.
“Es un pueblo supertranquilo, unas casas lindas, y lo mejor, sin ruido ni rumba”, señala uno de los comentarios. Este ambiente hace que muchos visitantes consideren a Iza como uno de los mejores lugares para vivir en Boyacá, especialmente si se busca paz y contacto con la naturaleza.
Puntos turísticos de interés
Aunque los postres son una de las principales atracciones, Iza también cuenta con otros puntos turísticos dignos de visita. Uno de ellos es la Basílica de Iza, una hermosa iglesia que se alza en el centro del pueblo y cuya arquitectura colonial es motivo de admiración. Muchos recomiendan hacer una parada aquí para conocer su historia y disfrutar de la serenidad del lugar.
Además, en los alrededores del parque central se pueden encontrar varios puestos que venden chicha, una bebida tradicional hecha de maíz fermentado, la cual es muy popular entre los turistas. “La chicha que venden en el marco del parque está muy bien preparada”, asegura un visitante.
Para quienes desean llevarse un recuerdo de su visita, las artesanías locales son una excelente opción. En las tiendas cercanas al parque se ofrecen desde objetos decorativos hasta utensilios de cocina hechos a mano, lo que refleja la creatividad y el talento de los artesanos de la región.
Cómo llegar a Iza desde Bogotá
El trayecto en auto desde Bogotá hasta Iza toma aproximadamente tres horas y 15 minutos, recorriendo un poco más de 200 kilómetros a través de carreteras que ofrecen paisajes naturales espectaculares.
Para aquellos que prefieren viajar en autobús, los pasajes desde la capital cuestan alrededor de $49.000 pesos. Independientemente del medio de transporte, llegar a Iza es una experiencia cómoda y enriquecedora.
Este encantador municipio, reconocido como un bien cultural por el Ministerio de Cultura, ofrece una experiencia única para quienes buscan desconectarse de la vida en la ciudad y deleitarse con los sabores y tradiciones de una de las regiones más bellas de Colombia.