Turismo
Los dos pueblos de Santander que se confunden por la similitud de su nombre; una letra marca la diferencia
Uno de estos municipios es considerado un destino atractivo para el ecoturismo, gracias a su riqueza en fauna y flora.

Más allá de Barichara, San Gil o Girón, el departamento de Santander, en Colombia, está conformado por una amplia lista de destinos llenos de encanto auténtico, historia viva y naturaleza casi intacta.
Por esta razón, explorar los pueblos menos concurridos de esta región del país, permite al viajero vivir experiencias distintas: tranquilidad, cultura local y paisajes que sorprenden bañados por ríos o cascadas de ensueño.
Entre esos destinos se encuentran dos pueblos que se confunden por la similitud de su nombre, ya que una sola letra es la que marca la diferencia en su denominación: Encino y Enciso.
El municipio de Encino fue fundado el 15 de febrero de 1785. No obstante, antes de este hecho, era denominado “El Encinito”, siendo ampliamente habitado por los Indios Guanes.

Desde la página de la Alcaldía Municipal lo presentan como un destino atractivo para el ecoturismo, debido a su riqueza en fauna y flora. Se encuentra a 185 kilómetros de Bucaramanga, con una extensión total de 417 kilómetros cuadrados.
“En el municipio existen amplios sistemas hídricos y un alto porcentaje de su área está dentro de la zona declarada como Santuario de Flora y Fauna Guanenta Altos del Río Fonce”, explica la entidad. Allí es posible encontrar especies como el colibrí negro o virolín, la perdiz de monte, la danta, el tigrillo, el oso de anteojos, todos desafortunadamente en peligro de extensión.
Su temperatura promedio es de 18 grados centígrados, ofreciendo a sus visitantes varias rutas para contemplar sus hermosos paisajes y diversidad de especies (431 especies de flora, 26 especies de anfibios, 162 especies de aves, 55 especies de mamíferos y 47 especies de mariposas).

Por su parte, Enciso es presentado por la Alcaldía Municipal de este territorio como un paraíso de bellezas naturales, enclavado en medio de las montañas andinas rodeadas de diferentes tonalidades de verde.
Algunos de los lugares más conocidos en el este municipio son: La Laguna de la Brígida, en la vereda de Cochaga; El Chorreron del Indio, en la vereda de Mosgua; La Quebrada de Chiqueritos, en el sector de Quebrada de Vera; Los Caminos de Peña Rica, un bosque seco tropical que es un proyecto avalado por el Ministerio del Ambiente y de Turismo, señala la entidad.
Fue fundado en 1.773, nacido entre valles y quebradas, con abundante riqueza natural y paisajes que enamoran a sus visitantes.
De esta manera se demuestra que, aunque estos dos municipios tienen nombres similares, explorar cada uno de estos es adentrarse en una aventura única a través de escenarios auténticos que son el reflejo de su esencia, historia y tradiciones.