TURISMO
Meditaciones y ejercicios prácticos para turistas que sufren de nervios al viajar
Una guía con meditaciones y ejercicios prácticos para aquellas experiencias de viaje que se convierten también en una travesía interior con los nervios y la ansiedad.
Primero, viajar hacia adentro
Reconócete sin juzgarte: la ansiedad es un recurso adaptativo e instintivo que te pone a salvo en situaciones de peligro. Un viaje representa trasladarse a un ambiente distinto, con un porcentaje significativo de incertidumbre, y es inevitable que las alertas biológicas se activen. Ahora, cuando la ansiedad se desborda es tiempo de darle atención y trabajarla.
Para María Liliana Rodríguez, psicóloga y directora de Neuropro, lo primero por hacer en esta situación es identificar cuál es la razón de la ansiedad descontrolada: “Una vez se identifiquen las razones por las cuales ocurre la ansiedad, la sensación de agobio disminuye a través de la racionalización y de la aceptación de lo que está bajo nuestro control y lo que no”.
Comienza con prácticas sencillas que apoyen tu trabajo interno: el tapping es una técnica que se deriva de la acupresión. Para practicarlo, evalúa de 1 a 10 cuál es tu sensación de ansiedad e inicia un circuito de taps (pequeños golpes con los dedos índice y medio) de 7 a 10 veces en puntos como la frente, los pómulos, el mentón, las clavículas y el costado. Puedes repetir varias veces este circuito mientras observas y aceptas la sensación presente sin juzgarte. Al finalizar, evalúa nuevamente la escala de ansiedad.
Tendencias
Sobrevivir a la cuenta regresiva
Los días que anteceden a un viaje son clave para determinar el estado mental en que recibirás y vivirás la experiencia del tránsito. El primer hito es la organización: infórmate a fondo sobre el lugar de destino, ten al día la documentación necesaria y arma una lista de las cosas que faltan por resolver.
Esta preparación exterior contribuirá con tu tranquilidad en tanto la mente cuenta con más información y menos margen para estar inquieta. En su libro Practicando El Poder del Ahora, Ecckhart Tolle afirma: “El miedo psicológico del que hablamos siempre se refiere a algo que podría ocurrir, no a algo que ya está ocurriendo. Usted está aquí y ahora, mientras que su mente está en el futuro. Esto crea una brecha de ansiedad”.
Pero, ¿cómo eliminar esa brecha? Tolle recomienda empezar con ejercicios sencillos: “Cada vez que subas o bajes las escaleras en tu casa o puesto de trabajo, presta atención a cada escalón, a cada movimiento, incluso a la respiración. Mantente totalmente presente. O cuando te laves las manos, presta atención a todas las percepciones sensoriales asociadas con esta actividad: el sonido y sensación del agua, el movimiento, el aroma del jabón, etc.”
Traduce ese estar presente en autocuidado: al menos durante la semana previa al viaje, evita consumir cafeína, teína y azúcares procesados, y escoge comidas ligeras y nutritivas. Ayuda a elevar los niveles de endorfina practicando ejercicio y yoga.
Si cuentas con poco tiempo para apuntarte a un estudio, canales de YouTube como Yoga With Adriene, Spirit Voyage o The Yoga Room brindan opciones para entrenar en casa.Respiración: la mejor compañera de vuelo Según Eugenia Gabriela Guerrero Mateus, médica psiquiatra y psicoanalista dedicada al trabajo de la autogestión, hay que aceptarse incondicionalmente en ese temor sin regañarse: “Durante el vuelo se activa información del subconsciente, consistente en datos de la mente que no están bajo nuestro control. En terapia vemos que, en la mayoría de los casos, la aerofobia se relaciona con problemas frente a la pérdida de control”.
Guerrero Mateus recomienda algunos tips para hacer del trayecto una experiencia más tranquila: descarga con anticipación una playlist de música integradora (mantras, sonidos relajantes), dale trabajo a la mente viendo una película o leyendo un libro, sal del ensimismamiento y charla con tu vecino de asiento y repite mantras de respiración, como los derivados de la práctica hawaiana de H’oponopono (lo siento, perdón, te amo, gracias).
En la misma línea, Rodríguez alienta el uso de aplicaciones especializadas en relajación como Calm. También métodos que, a primera impresión parecen cliché, como respirar con ayuda de una bolsa de papel, son muy eficaces para no hiperventilar. En tercer lugar, está la aromaterapia: “aplica un par de gotas de aceite esencial de naranja en las manos e inhala este olor; esto inmediatamente tranquiliza el cerebro”.
Durante el vuelo puedes también echar mano de técnicas de respiración como el box breathing. Después de hacerte consciente de tu respiración, visualiza un cuadrado y recorre sus cuatro esquinas a través de cuatro pasos: inhala en cuatro tiempos, contén la respiración en cuatro tiempos, exhala en cuatro tiempos y contén de nuevo la respiración en otros cuatro tiempos. Prepararse para perder el rumbo ¿Qué ocurre cuando la ansiedad por viajar está asociada con el temor de perderse y estar incomunicado? Ten lista una provisión de estrategias internas y externas para amortiguar las consecuencias si la brújula falla.
Usa la tecnología como aliada: algunas aplicaciones ofrecen la posibilidad de descargar con antelación los mapas y recorridos de los lugares que visitarás; Speak and Translate puede ayudarte al momento de interactuar con un local en un lenguaje que no dominas. En lo posible, activa el roaming de datos o adquiere un servicio internacional que te brinde conexión en lugares remotos. Sin embargo, no dependas únicamente de Internet: anota direcciones clave como la de tu hotel y palabras básicas que te ayuden a salir de apuros.
La técnica “5-4-3-2-1” de conexión a tierra te permite retomar el control de tu mente en caso de que la ansiedad se desborde: observa y enuncia 5 cosas que puedas ver, 4 cosas que puedas tocar, 3 cosas que puedas escuchar, 2 cosas que puedas oler y 1 cosa que puedas probar. La clave es prestar especial atención a cada elemento para conectar con tu cuerpo y entorno. El caos exterior es el caos interior En Las islas felices de Oceanía, Paul Theroux apunta: “Es casi ya un axioma: en cuanto un sitio se gana la reputación de paradisiaco, se va al diablo”.
Seguro coincide con aquellos que encuentran tormentoso enfrentarse a las multitudes atracciones turísticas, aeropuertos o transporte público.Aunque siempre está la opción de escoger destinos menos visitados, a veces la belleza del lugar supera el contratiempo de la concurrencia. Si tu ansiedad se agudiza por esta situación, es posible que la solución no esté fuera de ti. Para Guerrero Mateus, el temor a la pérdida de control entra en juego nuevamente: “Aquí es clave recordar que, aunque hay cosas que están bajo nuestro dominio, hay otras que le pertenecen al fluir de la vida. Incluirnos en esta ecuación permite entender que inconscientemente somos capaces de responder, de pasar la prueba”.
El Prânâyâma o control de la respiración es una técnica muy útil en esta situación. Puedes practicar un ejercicio básico: empuña tu mano derecha y extiende solamente los dedos pulgar, anular y meñique. Tapa la fosa nasal derecha con el pulgar e inhala con la fosa nasal izquierda. Luego, tapa la fosa nasal izquierda con el dedo anular, y exhala por la fosa nasal derecha. Repite este ejercicio por diez minutos, alternando las fosas nasales por las que inhalas y exhalas.
Para cada destino a visitar, investiga con antelación o pregunta a los locales sobre las “joyas escondidas” con las que seguro cuenta la zona: cafés, restaurantes escondidos y tradicionales, pequeños museos o librerías que no figuren en las listas más conocidas sobre viaje. Además de brindarte un espacio apartado del caos, estos espacios te brindarán una nueva, inesperada y enriquecida perspectiva de la región.
Por: Sandra Pineda Osorio
Artículo publicado originalmente en la edición 77 de la revista Avianca