Turismo
No son Jardín ni Jericó: dos pueblos antioqueños que destacan por sus calles, plazas y fachadas de antaño
Estos destinos resaltan por su arquitectura tradicional antioqueña y su riqueza natural.
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Antioquia es un destino que llama mucho la atención por su diversidad de encantos. Es un territorio en el que abundan los lindos paisajes, montañas, ríos y valles que llaman la atención de propio y extraños.
Este departamento alberga 125 municipios y muchos de ellos se caracterizan por su arquitectura colonial o tradicional antioqueña, sus balcones coloridos y en algunos casos sus calles empedradas.
Cuando se escucha hablar de esas características normalmente se piensa en Santa Fe de Antioquia, Jericó, Jardín o Guatapé, pero no son los únicos. En este territorio hay otros poblados que tienen unos encantos particulares que vale la pena conocer, pues también son joyas imperdibles. Estos son dos de ellos.
Abejorral
Este municipio está ubicado en el oriente antioqueño y se dice que es uno de los que mejor conserva su arquitectura tradicional, pues si bien se le han realizado remodelaciones, algunos de sus lugares se mantienen conservados.

Allí los viajeros se encuentran con calles y fachadas de antaño, además de su iglesia, construida en 1825, que aún resulta muy atractiva por sus llamativos colores y su diseño, que dejan encantado a quien la visita.
Una de sus particularidades es que cuenta con uno de los centros urbanos más grandes del departamento, declarado Bien de Interés Cultural del Ámbito Nacional. Es considerado un lugar fascinante que captura la esencia de la tradición y la historia de la región.
A los encantos del casco urbano se suman los rurales. Es un territorio con diferentes pisos térmicos que permiten adentrarse en la diversidad de la producción agraria y es propicio para el senderismo, donde se disfruta de su riqueza en fauna y flora, las montañas y los atardeceres.
Carolina del Príncipe
A este pueblo se le conoce como el Jardín colonial de América. En su cabecera resaltan los balcones coloridos de arquitectura colonial, que aún se conservan gracias al cuidado que le dan sus habitantes.

En el mes de octubre celebran el Festival de los balcones, momento en el que estas áreas de las viviendas son decoradas con las mejores flores del territorio.
Este pequeño pueblo, ubicado al norte del territorio antioqueño, posee además un gran potencial ecoturístico, gracias a su riqueza natural y los embalses hidroeléctricos de Troneras y Miraflores, que lo ha convertido en un destino ideal para el turismo ecológico.
Así las cosas, visitar este municipio, es vivir experiencias mágicas de conexión con la cultura y la naturaleza, bajo una agradable temperatura de 19 grados centígrados en promedio. Es un destino ubicado a dos horas de Medellín, capital del departamento.