En muchos casos, la barrera idiomática es un factor que no permite salir de la ‘zona de confort’.
En muchos casos, la barrera idiomática es un factor que no permite salir de la ‘zona de confort’. | Foto: Felipe Arteaga - Semana

Turismo

¿Quiere conocer China, pero le da miedo no entender nada?; así puede ir sin complicarse al comunicarse, y sin gastar un peso

En muchos casos, la barrera idiomática es un factor que no permite salir de la ‘zona de confort’.

Redacción Turismo
9 de julio de 2024

En los últimos años, China ha emergido como uno de los destinos turísticos más atractivos en el mundo, atrayendo a millones de visitantes con su rica historia, cultura vibrante y paisajes impresionantes.

Este auge turístico no solo refleja el creciente interés global por descubrir las maravillas de China, sino también los esfuerzos del país por promover y desarrollar su sector turístico.

A medida que China continúa abriendo sus puertas al mundo, el turismo se convierte en un puente cultural que conecta a personas y tradiciones, enriqueciendo tanto a los visitantes como a los anfitriones.

Sin embargo, uno de los mayores temores que hay entre aquellos amantes de la cultura dentro de este gigante asiático es la barrera idiomática, comenzando por la gramática y la lejanía en los significados de las palabras, pues si no se tiene una idea sobre el idioma, no se entenderá nada.

Pero hay buenas noticias en este sentido, pues en la actualidad existen herramientas que facilitarán la comunicación con los locales, que en contadas ocasiones hablan inglés.

Afortunadamente, hoy en día existen aplicaciones y herramientas en los dispositivos móviles que permiten facilitar la comunicación, y lo mejor, gratis.

Por ejemplo, el traductor de Google, la aplicación, le permite descargar un idioma a su celular. Con este podrá hacer traducciones simultáneas, ya sea, desde imágenes o grabando lo que la otra persona le dice, para luego ser traducido al idioma de su preferencia.

Es importante saber que los chinos son personas muy abiertas a los extranjeros, por lo que siempre están dispuestos a ser de utilidad, siempre que esté al alcance de lo que ellos pueden hacer.

Y es que cómo perderse la oportunidad de sentirse en el futuro, conociendo Shenzhen, conocida como la ciudad tecnológica de ese país. Allí se pueden observar construcciones de gran magnitud, al tiempo que recorre una ciudad en la que no olvidaron la importancia de la naturaleza, por lo que en las vías peatonales se pueden ver diferentes tipos de árboles y plantas.

Shenzhen
Panorámica de Shenzhen. | Foto: Felipe Arteaga - Semana

O también dejar de conocer, por miedo, los lugares emblemáticos de ese país, ubicados en su capital, Beijing, tal como lo es la Ciudad Prohibida, un vasto complejo palaciego que sirvió como la residencia imperial y centro político de las dinastías Ming y Qing durante casi 500 años.

Construida entre 1406 y 1420, este impresionante conjunto arquitectónico consta de 980 edificios, que abarcan aproximadamente 72 hectáreas.

La Ciudad Prohibida es famosa por su exquisita arquitectura tradicional china, sus vastos patios y salas ornamentadas, y por albergar una vasta colección de arte y objetos históricos.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, es uno de los destinos turísticos más importantes y emblemáticos de China, atrayendo a millones de visitantes anualmente.

Ciudad Prohibida
La Ciudad Prohibida es un vasto complejo palaciego que sirvió como la residencia imperial y centro político de las dinastías Ming y Qing durante casi 500 años. | Foto: Felipe Arteaga - Semana

Así como la Gran Muralla, una monumental estructura defensiva construida a lo largo de varias dinastías para proteger las fronteras del Imperio Chino de invasiones y ataques. Se extiende por aproximadamente 21,196 kilómetros desde el este hasta el oeste de China, atravesando montañas, desiertos y llanuras. Iniciada en el siglo VII a.C. y ampliada y reforzada durante las dinastías Qin, Han y Ming.

La muralla está compuesta de muros, torres de vigilancia y fortalezas. Reconocida como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, la Gran Muralla no solo es un símbolo de la ingeniería y la perseverancia chinas, sino también un importante sitio turístico y patrimonio cultural de la humanidad declarado por la UNESCO.

¿Y la comida?

Al momento de conocer un país, con una cultura completamente diferente a la propia, es importante tener la mente abierta, pues los sabores pueden sorprender.

Es muy común que al hablar de comida china, se venga a la mente el tradicional arroz, que tiene raíces chinas, camarones, y varios tipos de carne, pero quizás este sea el que menos se encontrará allí.

En China se consume mucha comida de mar, como son pescados y mariscos, condimentados de una manera que lo sorprenderá, al ser sabores que quizás no reconozca, por lo que si es amante a estos alimentos, quizás sea un buen lugar para conocer.

De igual manera, el pato pequinés es un plato tradicional de ese país, que se caracteriza por su piel crujiente y carne tierna, lograda a través de un proceso de preparación meticuloso que incluye inflar la piel con aire, marinar el pato, y asarlo a fuego lento hasta que la piel quede dorada y crujiente.

También es esencial que no vaya con la mentalidad de “estar a dieta”, pues dentro de su cultura es muy importante la comida y darla en grandes cantidades, pues para ellos abundancia en la mesa significa prosperidad y buena fortuna. Por esta razón, sirven una gran variedad de platos, con lo que los anfitriones demuestran su éxito y capacidad para cuidar a los demás.

Comida china
Comida china. | Foto: Felipe Arteaga - Semana