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A dónde van a parar los desechos que se generan en los baños de los aviones: les llaman ‘hielos azules’, por una particular razón
Estas es una de las incógnitas más comunes y al rededor del tema se han tejido varios mitos que pueden sonar desagradables.


Aunque muchos pasajeros se lo han preguntado alguna vez, pocos conocen con certeza qué sucede con los desechos que se generan en los baños de los aviones durante un vuelo.
Existe una creencia popular errónea que sugiere que estas aguas negras se liberan en pleno vuelo, pero la realidad es muy diferente.
Todo ese manejo tiene una forma técnica y clara para que los residuos humanos en la aviación comercial moderna tengan una disposición orientad a a respetar la higiene en el avión, el medio ambiente y la seguridad de los pasajeros.

El sistema de vacío: tecnología limpia y eficiente
Los aviones modernos utilizan un sistema de vacío en sus baños, lo que permite una recolección eficiente de los desechos con una mínima cantidad de agua, reduciendo el peso total de la aeronave.
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Según la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), cada descarga en el baño de un avión consume apenas medio litro de líquido, en comparación con los seis a ocho litros que consume un inodoro doméstico.
Este sistema de vacío aspira los desechos hacia un tanque sellado, ubicado en una zona segura de la aeronave. El tanque está diseñado para soportar la presión y las vibraciones del vuelo, y permanece completamente cerrado hasta que el avión aterriza.
¿Se vacían los baños en pleno vuelo?
Una de las preguntas más comunes es si los desechos se arrojan al aire durante el vuelo. La respuesta es un rotundo no.
Las leyes internacionales prohíben liberar cualquier tipo de desecho sanitario desde un avión en pleno vuelo. De hecho, sería un grave riesgo tanto para el medio ambiente como para la seguridad de personas y propiedades en tierra.

Los casos históricos donde se han reportado “hielos azules” —nombre coloquial que recibe el material congelado que a veces cae de los aviones— son incidentes aislados causados por fugas o fallos en el sistema, no por prácticas deliberadas. El color azul proviene del líquido desinfectante utilizado en los inodoros de aviación.
Recolección segura en tierra
Una vez el avión aterriza, una unidad especializada del personal de mantenimiento del aeropuerto se encarga de vaciar los tanques de residuos.
Este procedimiento se realiza mediante vehículos de servicio conocidos como honey trucks (camiones de miel, en inglés), equipados con mangueras y sistemas de succión herméticos que garantizan un proceso higiénico y controlado.
El contenido se transfiere a plantas de tratamiento de aguas residuales, donde se somete al mismo proceso que cualquier otro desecho sanitario urbano. De esta forma, se asegura que los residuos sean tratados de manera ambientalmente responsable.
Según datos recopilados por el portal de aviación Simple Flying, un avión Boeing 747 puede almacenar hasta 250 galones (cerca de 950 litros) de desechos sanitarios. Esto significa que, en vuelos largos y con alta ocupación, el sistema de recolección y disposición debe ser extremadamente eficiente para evitar problemas operativos o higiénicos.
Un aspecto poco visible pero esencial
Aunque no es un tema que se mencione en las promociones de las aerolíneas, el manejo de los desechos sanitarios a bordo representa un componente crítico de la logística aérea.

Las compañías deben asegurarse de que los tanques estén vacíos antes de cada vuelo y que el sistema funcione correctamente, ya que una falla podría implicar retrasos, cancelaciones o incluso riesgos sanitarios.
Además, las normativas de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) exigen el cumplimiento de estrictas medidas de higiene y seguridad en el manejo de residuos, tanto a bordo como en tierra. Esto asegura que el proceso sea completamente seguro para pasajeros, tripulación y el medio ambiente.