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Así fue el primer trayecto del carro volador: su precio está por las nubes

El Model A realizó un vuelo de prueba bastante corto, pero sirvió de muestra para conocer algo de su operación.

27 de febrero de 2025, 7:30 p. m.
El model A realizó uno de sus vuelos de muestra. La firma Alef Aeronautics señaló que ya tiene pedidos.
Este modelo despegó y paso por encima de otro carro de prueba. | Foto: Captura x @byalexai

Desde hace décadas, el cine y la literatura han alimentado la idea de un futuro en el que los coches voladores se convierten en la solución definitiva a los problemas de movilidad urbana.

Esta nueva realidad parece estar a la vuelta de la esquina, pero las compañías encargadas de su desarrollo avanzan de forma cautelosa, en una industria en la que persisten grandes desafíos técnicos y regulatorios.

Uno de los proyectos más ambiciosos en este campo es el de la empresa Alef Aeronautics, que ha presentado su prototipo denominado Model A, promocionado como “el primer coche volador real del mundo”.

El model A realizó uno de sus vuelos de muestra. La firma Alef Aeronautics señaló que ya tiene pedidos.
El model A realizó uno de sus vuelos de muestra. La firma Alef Aeronautics señaló que ya tiene pedidos. | Foto: Captura x @byalexai

Un video publicado recientemente muestra al vehículo elevándose por encima de un todoterreno y aterrizando justo delante de él, lo que supone un avance significativo en esta tecnología. No obstante, más allá del impacto visual de la demostración, la propuesta ha dejado muchas incógnitas sin resolver.

A diferencia de los vehículos que aparecen en las producciones de ciencia ficción, el Model A tiene una apariencia más similar a la de una aeronave eléctrica de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL, por sus siglas en inglés), aunque con el diseño de un automóvil.

Según la empresa, su objetivo es que funcione como un vehículo eléctrico de baja velocidad, lo que en países como Estados Unidos y Canadá lo situaría en la misma categoría que los carritos de golf, con una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora en tierra. En el aire, en cambio, podría alcanzar distancias de hasta 177 kilómetros, mientras que en carretera su autonomía sería de aproximadamente 320 kilómetros.

A pesar de la expectación generada, la compañía ha decidido mantener en reserva muchos detalles clave sobre el funcionamiento del vehículo, argumentando razones de propiedad intelectual. Durante la presentación, los periodistas presentes no pudieron acercarse al Model A ni observar cómo el conductor entraba o salía del vehículo, lo que ha generado dudas sobre el estado real del desarrollo del prototipo. No obstante, Alef Aeronautics asegura haber recibido más de 3.200 pedidos y planea iniciar la producción entre finales de este año y principios de 2026.

Uno de los aspectos más llamativos de este coche volador es su precio. La empresa ha fijado un costo de 299.999 dólares por unidad, lo que lo sitúa en una franja similar a la de vehículos de alta gama como un Ferrari Roma Spider o un Tesla Model S.

Sin embargo, su precio se acerca también al de aeronaves convencionales, como el helicóptero Robinson R22 Beta II, que ronda los 350.000 dólares. Esto ha llevado a algunos analistas a cuestionar la viabilidad del Model A en términos de accesibilidad y utilidad en comparación con otras opciones disponibles en el mercado.

Mientras Alef Aeronautics avanza en su proyecto, otras compañías también buscan revolucionar la movilidad aérea. Un ejemplo es la firma china Xpeng AeroHT, que trabaja en un concepto híbrido de automóvil con un eVTOL integrado en el maletero. En paralelo, Pegasus, otra compañía emergente, promete un vehículo capaz de circular por autopista y mantenerse en el aire durante hasta tres horas, lo que podría representar un hito en la industria.

El camino hacia un futuro con coches voladores aún enfrenta múltiples obstáculos. Además de las barreras tecnológicas, los desafíos regulatorios y de infraestructura podrían retrasar su implementación a gran escala. El control del tráfico aéreo urbano, la seguridad de los pasajeros y la adaptación de las ciudades para este tipo de transporte son solo algunas de las cuestiones que deberán resolverse antes de que estos vehículos se conviertan en una alternativa viable.

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