Vehículos
Diferencias entre cadena, cadenilla y correa de repartición: ¿cuál es mejor opción y por qué?
El tiempo de mantenimiento es la principal característica de cada uno de estos modelos.


En el mundo de la mecánica automotriz, uno de los elementos más importantes del motor es el sistema de distribución.
Este componente es el encargado de sincronizar el movimiento del cigüeñal y el árbol de levas, permitiendo que las válvulas se abran y cierren en el momento exacto. Para lograr esta sincronización, existen tres mecanismos principales: la cadena, la cadenilla y la correa de repartición.
Aunque todos cumplen la misma función, sus características, mantenimiento y duración varían considerablemente.

¿Qué es una cadena de repartición?
La cadena de repartición es un sistema robusto y metálico similar a la de una bicicleta, pero más resistente. Se caracteriza por su alta durabilidad, ya que puede durar más de 250.000 kilómetros sin necesidad de ser reemplazada, siempre que se le dé el mantenimiento adecuado.
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Este sistema es muy utilizado en motores de alto rendimiento y vehículos de marcas como BMW, Mercedes-Benz y algunas versiones de Toyota.
Entre sus principales ventajas destaca su resistencia al desgaste, su capacidad para soportar altas temperaturas y su baja frecuencia de mantenimiento.
Sin embargo, su principal desventaja es que puede generar mayor ruido en comparación con las correas, y su reparación o reemplazo suele ser más costoso debido a la complejidad del sistema.
¿Qué es una cadenilla?
La cadenilla, también conocida como cadena de distribución secundaria o liviana, es una versión más pequeña y menos robusta que la cadena convencional.

Se emplea frecuentemente en motos y vehículos de bajo cilindraje, aunque algunos automóviles pequeños también la utilizan.
Su estructura más delgada la hace más económica y ligera, pero también menos resistente. Generalmente, tiene una vida útil menor a la de una cadena gruesa, aunque superior a la de una correa, rondando los 150.000 kilómetros.
La cadenilla requiere un engrase constante, ya sea por aceite interno del motor o lubricación externa, dependiendo del diseño del fabricante.
Su mayor ventaja es que no necesita un cambio frecuente y su desgaste se da de manera progresiva, lo que permite al conductor percibir señales como ruidos metálicos o pérdida de sincronización antes de una falla grave.
¿Qué es la correa de repartición?
La correa de repartición, también conocida como correa dentada, está fabricada con caucho reforzado con fibras de kevlar o fibra de vidrio. Es la más común en vehículos de gama media y baja, debido a su bajo costo de fabricación e instalación.
Su principal ventaja es que es silenciosa y ligera, lo que contribuye a una conducción más suave y a una reducción del consumo de combustible.
No obstante, su vida útil es limitada, entre los 60.000 y 100.000 kilómetros, y debe ser reemplazada estrictamente dentro del rango indicado por el fabricante, ya que una rotura puede provocar daños catastróficos al motor, como la colisión de válvulas y pistones.
Además, muchas veces el cambio de la correa implica también el reemplazo de tensores, bomba de agua y poleas, lo que puede elevar el costo del mantenimiento.

¿Cuál es la mejor opción?
La elección entre cadena, cadenilla o correa de repartición dependerá del tipo de vehículo, uso y presupuesto del propietario. Si se busca un sistema de larga duración y bajo mantenimiento, la cadena es la mejor opción, ideal para quienes recorren largas distancias o requieren alto rendimiento.
Por otro lado, si el uso es más urbano y moderado, la correa puede ser suficiente, siempre que se respeten los intervalos de cambio.
La cadenilla representa un punto medio, siendo adecuada para motocicletas y autos pequeños con requerimientos de mantenimiento moderado.