El truco que pocos conocen para saber si una llanta es confiable o no; aplica para carros y motos

Elegir un buen neumático no solo garantiza un mejor rendimiento del vehículo, sino que es una cuestión de seguridad.

Un neumático de baja calidad puede aumentar las probabilidades de accidentes, afectar el consumo de combustible y deteriorarse más rápido. Por eso, reconocer si un neumático es de calidad es clave para cualquier conductor responsable.

En este orden de ideas, algunos organismos dedicados a la seguridad vial y compañías dedicadas a producir neumáticos advierten sobre qué características debe tener en cuenta alguien que está interesado en comprar una llanta.

Verificar el etiquetado europeo o las certificaciones de calidad

Uno de los primeros aspectos que revela la calidad de un neumático es su etiquetado. En Europa, desde 2012, los neumáticos deben incluir una etiqueta que informa sobre tres parámetros: eficiencia energética, agarre en mojado y nivel de ruido externo. Las mejores calificaciones en estos indicadores (letras A o B) son una señal clara de alta calidad.

Según la European Tyre and Rubber Manufacturers’ Association (ETRMA), este etiquetado ayuda al consumidor a tomar decisiones informadas.

Además, es importante comprobar que el neumático tenga certificaciones como la DOT (Department of Transportation) en Estados Unidos o el código ECE (Economic Commission for Europe), lo cual indica que cumple normativas de seguridad internacional.

Revisar la fecha de fabricación (DOT)

Aunque un neumático esté sin usar, el paso del tiempo puede afectar su rendimiento. Por eso, es vital revisar el código DOT impreso en el lateral.

Este código incluye los cuatro últimos dígitos que indican la semana y el año de fabricación. Por ejemplo, un código que termina en “3622” significa que el neumático fue fabricado en la semana 36 del año 2022.

La mayoría de los fabricantes recomienda no utilizar neumáticos que tengan más de cinco años desde su fabricación, incluso si aparentan estar nuevos.

Así lo confirma Michelin en su guía de mantenimiento: “La vida útil máxima recomendada es de 10 años desde la fecha de fabricación, pero tras 5 años se deben revisar anualmente”.

Observar el tipo de compuesto y el diseño del dibujo

El material del que está hecho el neumático y su diseño de la banda de rodadura influyen directamente en la adherencia, frenado y durabilidad. Los neumáticos de calidad suelen tener compuestos más avanzados, como mezclas de sílice y caucho natural, que ofrecen mejor tracción en diferentes condiciones climáticas.

Además, el diseño del dibujo no es solo estético. Un patrón asimétrico o direccional, con canales profundos y buena evacuación del agua, mejora el rendimiento en superficies mojadas y reduce el riesgo de aquaplaning.

Goodyear destaca que “el diseño de la banda es fundamental para garantizar un desgaste uniforme y un mejor manejo”.

Consultar opiniones y rankings de usuarios

En la era digital, las reseñas de otros conductores son una herramienta poderosa para evaluar la calidad de un neumático. Portales como Tire Rack, Oponeo o incluso Amazon reúnen miles de opiniones de usuarios que comentan sobre el comportamiento de los neumáticos en condiciones reales.

Además, revistas especializadas como AutoBild o Motor.es publican rankings anuales de neumáticos, comparando variables como distancia de frenado, estabilidad, consumo y resistencia al desgaste. Estos análisis ofrecen una perspectiva imparcial basada en pruebas de laboratorio y en carretera.

Confiar en marcas reconocidas del sector

Aunque existen opciones económicas en el mercado, la experiencia de marcas reconocidas como Michelin, Bridgestone, Pirelli, Continental o Dunlop suele ser garantía de calidad. Estas compañías invierten millones en I+D para mejorar el rendimiento, la seguridad y la durabilidad de sus neumáticos.

Según un estudio de Statista (2023), estas marcas lideran el mercado mundial no solo por volumen de ventas, sino por los altos estándares que mantienen en sus procesos de fabricación.