San Francisco, en Estados Unidos, fue objeto de un apagón sin precedentes que, más allá de las consecuencias para el comercio y la población en general, dejó al descubierto algunos retos y debilidades de los vehículos autónomos que son tan populares en esta parte de Estados Unidos.


Al caos, propio de la oscuridad en la que quedó sembrada esta ciudad de California, se sumó la angustia de quienes iban a bordo de los carros autónomos de Waymo, compañía que compite con Tesla, pero que realmente ofrece servicios de movilidad sin intervención humana.
Durante el apagón, los servicios de internet también se cayeron, impidiendo a estos vehículos conectarse con sus servidores y procesar la información en tiempo real, razón que los detuvo y que impidió que los seres humanos pudieran tomar el control para seguir adelante con la ruta.
¿Qué fue lo que pasó con los carros autónomos?
Al no poder conectarse a los servidores, los sistemas de radares Lidar, que son reconocidos por su efectividad y capacidad, no permitieron a los autos de Waymo procesar la información y mucho menos identificar las señales de tránsito, lo que los detuvo de forma inesperada hasta que el servicio de energía se fue restableciendo de forma paulatina a medida que avanzaba el tiempo.
En este punto, es clave señalar que los semáforos de la ciudad también quedaron apagados por la falla eléctrica que provocó el apagón, razón por la que los autos no pudieron interpretar la situación y agravaron aún más la congestión propia de esta calamidad.


A la hora de diseñar la forma como los vehículos autónomos entienden e interpretan los semáforos, se les ha indicado que ante la ausencia o daño de uno de ellos el carro debe entender que allí hay un ‘Pare’, por lo que en medio de la situación del pasado sábado, si los autos estaban en una intersección con 4 semáforos, ninguno era capaz de avanzar, ya que todos asimilaban que debían detenerse.
Esta situación y la imposibilidad de tomar el control de las máquinas de Waymo complicó la movilidad en medio de la penumbra a la que estaba sometida San Francisco, algo que le sirvió a Tesla para tomar ventaja, pues aunque no ha podido certificar su sistema de conducción 100 % autónoma, sí dejó en evidencia que sigue siendo necesario algo de intervención humana, en especial cuando ocurren eventos como estos.
Durante el apagón, los conductores de los carros de Elon Musk pudieron seguir sus recorridos tomando el mando del auto, evidenciando una de las falencias de restringir la capacidad de los humanos para interactuar y resaltando el poder que aún prima sobre las máquinas.


Ante esta situación, habrá que esperar qué avance proponen Waymo o Lidar, pues si bien es claro que los autos autónomos no fallaron por su propia cuenta sino por la caída del servicio de energía y del internet, sí se requiere de una acción inmediata que brinde total seguridad y tranquilidad a los usuarios de estos servicios que son cada vez más populares en las principales ciudades del mundo.










