Las nuevas tecnologías en el mundo automotriz han sido impulsadas por la necesidad del sector de enfrentar el cambio climático, disminuir las emisiones y contribuir a frenar el calentamiento global.
En medio de ese proceso, los motores a combustión, grandes responsables de estos fenómenos climáticos, han comenzado a dar paso a máquinas eléctricas o híbridas que, aunque aún encuentran con algunos reparos, han venido derribando mitos y ganándose la aceptación de los consumidores.

No en vano, 2025 ha sido el mejor año para Colombia en cuanto a la venta de carros híbridos o eléctricos, segmentos que han tenido un crecimiento sostenido desde la pandemia y que han dinamizado mucho más el mercado local.
Al respecto, Movilizatorio, laboratorio social dedicado a causas sociaombientales, realizó un estudio en Colombia para saber qué opina la ciudadanía sobre la regulación de los nuevos vehículos que entran al país.

Cabe señalar que esta regulación se conoce en otros países como estándar de eficiencia energética vehicular, y significa que los vehículos nuevos aprovechan mejor la energía para recorrer más kilómetros con menos consumo y, de esta manera, generar menos contaminación.
En países que ya aplican estos estándares, como Chile o México, esto se traduce en ahorro para las familias, vehículos más duraderos y un aire más limpio para todos.
¿Qué respondieron los colombianos?
Entendiendo este contexto, 94 % de las personas consultadas dentro de su estudio consideraron que en Colombia sí debería existir un estándar que obligue a fabricantes e importadores a traer mejores tecnologías vehiculares. Este nivel de consenso muestra que los colombianos no solo reconocen la importancia de reducir el consumo de energía y las emisiones, sino que esperan una acción regulatoria clara para los vehículos nuevos en el país.
A pesar de que más de la mitad de las personas encuestadas cuentan con un vehículo a combustión, dijeron sí al estándar argumentando que la contaminación del aire afecta la salud, que respirar en Colombia, especialmente en Bogotá, “duele”, y que la tecnología de muchos vehículos que circulan y se importan al país está rezagada frente a la de otros países.
Quienes apoyan esta medida lo hacen principalmente por razones ambientales: buscan reducir la contaminación, disminuir las emisiones de CO₂ y gases de efecto invernadero, y mejorar la calidad del aire y la salud pública, especialmente en las grandes ciudades.

De igual forma, los consultados por Movilizatorio también destacaron los beneficios económicos y de eficiencia que brindan estas nuevas tecnologías, así como el ahorro en energía y combustible, el impulso a la innovación y la modernización del parque automotor, y el aporte a la transición energética y la sostenibilidad del país.
Sin embargo, las personas también advierten desafíos reales: infraestructura de carga insuficiente, altos costos iniciales, dudas sobre la vida útil de las baterías y la autonomía, y la preocupación por el manejo de residuos.

Para Movilizatorio, "estas preocupaciones no son barreras, son insumos para diseñar políticas justas. En general, los colombianos reconocen el potencial de estas tecnologías, pero esperan políticas responsables y una transición gradual que cierre las brechas actuales sin exigir saltos imposibles".
“Estas son señales inequívocas de que la ciudadanía no se resigna a que Colombia siga recibiendo tecnologías antiguas, costosas de mantener y perjudiciales para la salud. En un contexto donde México, Chile y Brasil ya avanzan en estándares de eficiencia, la pregunta de los colombianos es legítima: ¿por qué aquí no? No es un reproche: es una invitación. Una expectativa justa y razonable”, dijo Andrés Flechas, gerente de proyectos de Movilizatorio.

Según explicaron desde este laboratorio, Colombia tiene ciudadanía lista para apoyar la eficiencia energética y la modernización tecnológica, siempre y cuando las reglas sean claras, transparentes y orientadas al bienestar colectivo.









