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Los carros de estos colores son los que más sufren si se dejan expuestos al sol; conozca qué otros impactos causa el astro rey
Hay regiones donde el sol no da tregua y es mejor acudir a algunas acciones para proteger el vehículo.


Dejar un vehículo por largos periodos bajo el sol puede parecer inofensivo, pero las consecuencias van mucho más allá del simple calentamiento del habitáculo.
La exposición prolongada a los rayos ultravioleta (UV) y al calor extremo puede generar daños tanto estéticos como mecánicos en el automóvil.
1. Deterioro de la pintura y pérdida de color
Uno de los efectos más notorios de dejar un carro expuesto al sol es el desgaste de la pintura. Los rayos UV descomponen los compuestos químicos de la capa de pintura, provocando la pérdida de brillo y un aspecto desgastado o decolorado. Las tonalidades más oscuras tienden a absorber más radiación, por lo tanto, sufren mayor deterioro que los colores claros.

De acuerdo con expertos en mantenimiento automotriz, incluso los barnices protectores no son completamente inmunes al daño solar. Con el tiempo, pueden agrietarse o cuartearse, dando paso a una oxidación acelerada de la carrocería.
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2. Daños en el interior del vehículo
El habitáculo también sufre las consecuencias del calor acumulado y la radiación UV. Elementos como el tablero, la tapicería, el volante o los asientos (especialmente si son de cuero o vinilo) pueden presentar decoloración, resequedad y grietas.
Según un estudio de Consumer Reports (2021), la temperatura dentro de un vehículo estacionado al sol puede superar los 60°C en menos de una hora.
Esta exposición térmica constante compromete la integridad de los materiales interiores, acelera el envejecimiento de componentes plásticos y contribuye a la liberación de compuestos tóxicos del tipo VOC (Compuestos Orgánicos Volátiles), perjudiciales para la salud.
3. Afectaciones en sistemas electrónicos y mecánicos
El exceso de calor también puede afectar el correcto funcionamiento de varios sistemas del vehículo.
La batería, por ejemplo, puede sufrir evaporación de sus electrolitos internos, lo que reduce su vida útil. De acuerdo con Battery University, una temperatura elevada acelera las reacciones químicas en el interior de la batería, lo que puede producir fallas prematuras.

Asimismo, otros componentes sensibles al calor, como sensores electrónicos, módulos de control o sistemas de infoentretenimiento, también pueden deteriorarse si el vehículo permanece mucho tiempo bajo el sol.
4. Neumáticos y presión interna
Los neumáticos también están en riesgo cuando se dejan expuestos a altas temperaturas. El caucho se degrada con el tiempo por la acción combinada del ozono y el calor. Además, el aumento de temperatura provoca una expansión del aire interno, lo que puede derivar en un incremento anormal de la presión.
Fabricantes como Michelin recomienda revisar con frecuencia la presión de inflado si el vehículo permanece expuesto a altas temperaturas, ya que la sobrepresión puede afectar el desgaste del neumático o incluso provocar un reventón en condiciones extremas.

5. Consecuencias para la pintura de los faros
Los faros, especialmente si son de policarbonato, también tienden a opacarse por la exposición solar. Esto reduce la capacidad de iluminación nocturna y puede representar un riesgo para la seguridad vial. Aunque existen kits de restauración, la mejor opción sigue siendo la prevención.
6. Medidas preventivas recomendadas
Para mitigar estos efectos negativos, los expertos recomiendan:
- Utilizar cubiertas o fundas protectoras para el carro.
- Estacionar en lugares con sombra siempre que sea posible.
- Aplicar protectores solares para el tablero y asientos.
- Realizar encerado periódico con productos que incluyan protección UV.
- Mantener revisiones periódicas de presión de llantas y nivel de electrolitos en la batería.