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Por más que se encienda este testigo en el tablero, no hay que abrir el capó del carro: podría resultar con graves heridas
Los testigos de un carro indican o alertan sobre fallas que puede estar presentando el vehículo; sin embargo hay protocolos y formas adecuadas de actuar.


El testigo de temperatura del motor es uno de los indicadores más importantes en el tablero de un vehículo.
Cuando esta luz se enciende, indica que el motor está funcionando a una temperatura más alta de lo normal, lo que puede derivar en daños severos si no se actúa con rapidez.
Comprender su significado y saber cómo reaccionar puede marcar la diferencia entre una simple parada preventiva, una reparación costosa y eventos que incluso pueden atentar contra su integridad física.

¿Qué significa el testigo de temperatura del motor?
Este testigo, representado generalmente por un icono de un termómetro sobre ondas (que simbolizan líquido), se ilumina cuando el sistema detecta un sobrecalentamiento del motor.
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Según la Asociación Americana del Automóvil (AAA), el motor funciona de forma óptima entre los 90 y 105 °C. Si la temperatura supera ese rango, el sistema lo detecta y enciende la advertencia en el tablero.
Causas comunes del sobrecalentamiento
Existen varias razones por las que puede encenderse este testigo:
- Nivel bajo de refrigerante: La fuga o evaporación del líquido refrigerante es una causa común.
- Termostato defectuoso: Este componente regula el flujo del refrigerante. Si falla, impide la correcta circulación.
- Radiador obstruido o dañado: La acumulación de suciedad o daños físicos pueden afectar la disipación de calor.
- Fallo en el ventilador: Si el ventilador del radiador no funciona, el motor no puede enfriarse correctamente, especialmente en tráfico intenso.
- Bomba de agua averiada: Encargada de mover el refrigerante, su fallo impide el correcto enfriamiento.

¿Qué hacer si se enciende el testigo de temperatura?
1. Detenerse de inmediato de forma segura: Tan pronto como se encienda el testigo, lo más recomendable es detener el vehículo en un lugar seguro, apagar el motor y permitir que se enfríe. Continuar conduciendo puede causar que se funda la junta de culata o se deforme la culata del motor, lo cual implica reparaciones costosas.
2. No abrir el capó de inmediato: Esperar al menos 15-30 minutos antes de abrir el capó. Abrirlo mientras el motor aún está caliente puede causar quemaduras por vapor o líquido hirviendo.
3. Revisar el nivel de refrigerante: Una vez que el motor se haya enfriado, revisar el depósito de refrigerante. Si el nivel está bajo, puede añadirse agua destilada como medida de emergencia, pero lo ideal es utilizar refrigerante apropiado. Es importante no abrir el tapón del radiador en caliente, ya que está bajo presión.
4. Comprobar visualmente fugas: Observar si hay líquidos debajo del vehículo o mangueras húmedas puede dar indicios de una fuga en el sistema.
5. Encender la calefacción del vehículo (en caso de emergencia): Aunque parezca contradictorio, encender la calefacción al máximo puede ayudar a extraer calor del motor, dándole tiempo para estabilizar la temperatura mientras se busca un lugar para detenerse.
6. Llamar a asistencia técnica o acudir a un taller:Si no se identifica la causa o el problema persiste, lo más seguro es remolcar el vehículo a un taller mecánico para una revisión completa del sistema de enfriamiento.
¿Qué no se debe hacer?
- No se debe continuar conduciendo con el testigo encendido.
- Nunca se debe verter agua fría sobre el motor caliente, ya que puede agrietar componentes metálicos.
- Evitar rellenar el depósito sin conocer el tipo correcto de refrigerante, ya que mezclar productos incompatibles puede dañar el sistema.

Mantenimiento preventivo para evitar sobrecalentamientos
- Revisiones periódicas del sistema de enfriamiento cada 10.000 km o según lo indique el manual del fabricante.
- Cambio de refrigerante cada 40.000 - 60.000 km o cada dos años.
- Inspección de mangueras, termostato y radiador, especialmente antes del verano.