Vehículos
¿Por qué un carro es declarado cómo pérdida total? Hay unos que lucen bien, pero que las aseguradoras no se atreven a reparar
Son diferentes los motivos que llevan a las aseguradoras a declarar un carro como pérdida total; aunque luzca bien, hay algunos componentes que no permiten repararlo.


Cuando ocurre un accidente automovilístico, una de las decisiones más importantes que deben tomar las aseguradoras es determinar si el vehículo puede repararse o si debe ser declarado como pérdida total.
Este concepto, que suele generar muchas dudas entre los propietarios, no solo implica que el auto esté completamente destruido. De hecho, en muchos casos, un vehículo puede parecer reparable a simple vista, pero aun así ser considerado como pérdida total.
¿Qué significa que un carro sea declarado como pérdida total?
Un carro es declarado como pérdida total cuando el costo de reparación supera un porcentaje determinado del valor comercial del vehículo antes del siniestro.

Este umbral varía según el país y la aseguradora, pero generalmente se encuentra entre el 60% y el 75% del valor total del auto, según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) y la National Association of Insurance Commissioners (NAIC) en Estados Unidos.
Por ejemplo, si un automóvil tiene un valor de mercado de $10,000 USD y el costo de reparación tras un accidente asciende a $7,500 USD (75%), la aseguradora puede optar por declararlo pérdida total. Esto se debe a que no resulta rentable asumir el gasto de reparación, además de considerar factores como la seguridad estructural del vehículo y su depreciación posterior.
Principales causas para declarar pérdida total
- Daños estructurales graves: Uno de los motivos más comunes es el daño severo al chasis o estructura del vehículo. Este tipo de daños compromete la seguridad del auto, incluso si se logra reparar. Los peritos evalúan la alineación del bastidor, las deformaciones y si existen riesgos de falla futura. Según Carfax, los vehículos con daños estructurales pueden perder hasta un 30% adicional de su valor luego de la reparación.
- Costo de reparación muy alto: En algunos casos, aunque el auto no tenga daños tan visibles, los costos de mano de obra, repuestos originales y pintura pueden ser tan elevados que superan el umbral del valor asegurado. Esto sucede con frecuencia en vehículos de alta gama o modelos importados, cuyos repuestos son costosos o difíciles de conseguir.

- Daños por inundación o fuego: Los autos afectados por agua o fuego suelen ser declarados pérdida total automáticamente. Esto se debe a que estos siniestros dañen componentes críticos como el motor, el sistema eléctrico y la computadora del vehículo. Además, existe un alto riesgo de oxidación o fallos futuros, incluso después de una reparación aparente.
- Robo y recuperación en mal estado: Si un vehículo robado se recupera tiempo después y presenta daños, faltantes o alteraciones que afectan su integridad o valor, también puede ser clasificado como pérdida total. En estos casos, las aseguradoras evalúan si es más viable indemnizar al asegurado que intentar restaurar el vehículo.
¿Qué sucede después de la pérdida total?
Una vez que se declara pérdida total, la aseguradora realiza una valoración del vehículo para determinar el monto a indemnizar. Generalmente, se toma como referencia el valor comercial del auto al momento del accidente, restando posibles deducibles o depreciaciones. El asegurado puede optar por recibir el pago o, en algunos casos, negociar quedarse con el auto con un valor residual.

Es importante destacar que un vehículo declarado como pérdida total es registrado así en los historiales vehiculares, lo cual afecta significativamente su valor de reventa.
Para evitar sorprenderse a la hora de comprar un carro, es que los expertos recomiendan revisar el historial del vehículo, pues allí el interesado en adquirir el bien podrá darse cuenta si este fue reparado, estuvo involucrado en un accidente y de cuánto fue la reclamación hecha a la compañía al seguro.