Crianza
¿Qué hago para acabar las peleas entre mis hijos?
La agresión puede escalar cuando los padres no intervienen. La psicóloga Annie de Acevedo da pautas para saber cómo manejar la rivalidad entre hermanos.

La rivalidad entre hermanos es tan antigua que se remonta a la época de Caín y Abel. Todos los que tenemos hermanos sabemos que sí existen celos y rivalidad entre los hijos que comparten los mismos padres y el mismo techo. Es interesante ver que a todos los padres les preocupan los celos que ven entre sus hijos. Todos se quejan de las peleas y muchos más cuando estas escalan a niveles altos de violencia. De hecho la pregunta más frecuente de los padres es: ¿que hago para acabar con las peleas entre mis hijos?
Muchos padres se sienten culpables de esta rivalidad pero la realidad es que no pueden sucumbir a esta culpa
Los estudios muestran que los hermanos si pelean mucho entre si y estas peleas son más frecuentes y agresivas cuando solo hay dos hijos en la familia y tienen que compartir cuarto y baño. La agresión escala cuando los padres no intervienen. Se torna más intensa la rivalidad cuando la diferencia de edades oscila entre los 21 y 27 meses y es mucho menos frecuente cuando se llevan más de cuatro años.
Lea también: No hay que saber mucho para ser buenos padres
Muchos padres se sienten culpables de esta rivalidad pero la realidad es que no pueden sucumbir a esta culpa. Los hermanos inevitablemente van a pelear y una razón es que no quieren compartir el amor y la atención de los padres. Es un error separar a la familia para que los niños no peleen. De esta manera, lo que se logra es perpetuar la situación. El niño mayor consigue a las malas la tan anhelada atención individual y no tiene entonces incentivo para cambiar su conducta.

La solución es hacer que el hijo mayor se sienta importante y crearle un ambiente positivo y de prestigio por ser el más grande. Hay que decirle cuánto lo quiere el bebé, cuánto lo admira y quiere imitarlo. Es necesario hacerlo sentir especial dándole pequeños privilegios por el mayorazgo. Se le debe permitir que se acueste más tarde, hacer “cosas de grandes” con él y decirle explícitamente cuanto se le quiere. Aunque no lo demuestre, el hijo mayor se siente halagado con estas concesiones. Permítale expresar sus sentimientos negativos respecto al hermano. Trate de no tener un trato preferencial hacia el pequeño. Busque tiempo exclusivo con cada hijo.
En contexto: 5 consejos para ser un mejor padre
Obviamente hay peleas de peleas y si la agresión se torna peligrosa hay que intervenir con sanciones claras y justas. Cuando los hermanos pelean no hay que buscar culpables sino soluciones. Hay que hablar de frente del problema y revisar si, sin querer, como padres estamos estimulando peleas, al ignorar a un hijo o no darle tiempo individual. Cuando estén más grandes mándelos a que resuelvan el problema, a ver quien empezó, y que traigan una sola versión. Nunca vuelven con una narración coherente y ahí acaba todo. Es una estrategia que funciona.
Cuando los hermanos pelean no hay que buscar culpables sino soluciones.
Todos los hermanos del mundo pelean y son rivales por un tiempo. Es normal sentir celos ya que hay un solo papá y una sola mamá. Eso si, busque ayuda especializada si la violencia ya es excesiva. También hay que intervenir y analizar qué factores están disparando esta situación. Generalmente a medida que crecen y se vuelven adultos, estos hermanos, que tienen un vínculo único, se llegan a querer muchísimo y a apoyar mutuamente. Al fin y al cabo la relación potencialmente más larga que tiene un ser humano es con un hermano. Se comparte infancia, adolescencia, adultez y vejez. Esto no siempre pasa ni con los padres ni con los cónyuges.