Vida Moderna
¿Cómo saber si un lunar es maligno?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer, “aunque los lunares comunes no son cancerosos, las personas que presentan más de 50 lunares comunes tienen un mayor riesgo de padecer melanoma”.
Un lunar común es un tumor en la piel que se forma cuando las células pigmentadas (melanocitos) crecen agrupadas. La mayoría de los adultos presentan de 10 a 40 lunares comunes. Estos tumores, usualmente, se encuentran arriba de la cintura en zonas expuestas al sol. Rara vez se encuentran en el cuero cabelludo, en los senos o en los glúteos.
Aunque la mayoría de los lunares comunes pueden estar presentes desde el nacimiento, usualmente aparecen más tarde en la niñez. Los lunares siguen formándose en la mayoría de las personas hasta cerca de los 40 años de edad. En las personas de mayor edad, los lunares comunes tienden a desaparecer.
¿Puede un lunar común convertirse en melanoma?
Sí, pero rara vez un lunar común se convierte en melanoma, el cual es el tipo más grave de cáncer de piel.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer, “aunque los lunares comunes no son cancerosos, las personas que presentan más de 50 lunares comunes tienen un mayor riesgo de padecer melanoma”.
Tendencias
La persona deberá informar a su médico si nota cualquiera de los cambios siguientes en un lunar común:
- Cambios de color
- El lunar se vuelve más pequeño o más grande sin uniformidad (a diferencia de los lunares normales en niños, los cuales se hacen grandes uniformemente)
- El lunar cambia en su forma, textura o altura
- La piel de la superficie se vuelve seca o escamosa
- El lunar se vuelve duro o se siente con bultos
- Empieza a dar comezón
- Sangra o exuda
¿Qué es un nevo displásico?
De acuerdo con el blog quironsalud.es “un nevo displásico es un tipo de lunar de diferente apariencia al de un lunar común. (Algunos médicos usan el término “lunar atípico” cuando se refieren a un nevo displásico). Un nevo displásico puede ser más grande que un lunar común, y su color, superficie y bordes pueden ser diferentes”.
En general, tiene más de 5 milímetros de ancho. Un nevo displásico puede presentar una mezcla de varios colores, desde rosado hasta castaño oscuro. Usualmente, es plano, con una superficie lisa, ligeramente escamosa o arenosa, y tiene un borde irregular que puede desvanecerse en la piel del rededor.
¿Puede un nevo displásico convertirse en melanoma?
Sí, pero la mayoría de los nevos displásicos no se convierten en melanoma. La mayoría se mantienen estables al pasar el tiempo. Investigadores de oncosalud.pev “calculan que la posibilidad de presentar melanoma es casi 10 veces mayor para alguien con más de 5 nevos displásicos que para alguien que no presenta ninguno, y cuantos más nevos displásicos tenga la persona, mayor será la posibilidad de presentar melanoma”.
¿Qué debe hacer una persona si presenta un nevo displásico?
Todas las personas deben proteger la piel del sol y alejarse de las lámparas solares y de las camas de bronceado, pero para las personas que tienen nevos displásicos, es aún más importante protegerse la piel y evitar quemarse o broncearse al sol.
Además, muchos médicos recomiendan que las personas que tienen nevos displásicos revisen su piel una vez al mes. Se deberá informar a su médico si se nota cualquiera de los cambios siguientes en un nevo displásico:
- Cambios de color
- Se hace más chico o más grande
- Cambia en su forma, su textura o altura
- La piel de la superficie se vuelve seca o escamosa
- Se vuelve duro o se siente con bultos
- Empieza a dar comezón
- Sangra o exuda
Algo más que deben hacer las personas que tienen nevos displásicos es hacerse examinar la piel por un médico. Algunas personas o sus médicos toman fotografías de los nevos displásicos para que sea más fácil notar los cambios con el tiempo.
Para las personas con muchos nevos displásicos (más de cinco), los médicos pueden examinar la piel una o dos veces al año debido a una posibilidad moderadamente mayor de presentar melanoma. Para las personas que tienen también antecedentes familiares de melanoma, los médicos pueden recomendar un examen más frecuente de la piel, tal como cada 3 o 6 meses.