psicología
Pensar negativamente de la vejez puede afectar la longevidad le restaría siete años de vida
Un nuevo libro titulado ‘Breaking the Age Code’ señala que la actitud frente a esta etapa de la vida impacta la longevidad.
Siete años. Eso es lo que usted ganaría en vida si no piensa en el envejecimiento como un proceso negativo sino como algo importante, necesario y tan vital como la juventud. Eso no lo dice cualquiera sino Becca Levy, una experta de la universidad de Yale quien ha dedicado gran parte de su trabajo a investigar sobre este proceso y como alargar la vida sin problemas de salud.
El libro está más enfocado en la psicología del envejecmiento. Por eso su principal argumento es que las creencias positivas sobre envejecer pueden agregar un promedio de siete años y medio a la existencia de una persona. Esos pensamientos positivos le dan a la mente un mayor poder sobre la longevidad que incluso bajar la presión arterial o reducir el colesterol (lo que agrega aproximadamente cuatro años, según el libro), dejar de fumar (que añade tres años) o perder peso (que ofrece un año).
Según la experta, una profesora de epidemiología en la facultad de salud pública de Yale asi como profesora de piscología en la misma institución, hay evidencia científica suficiente para afirmar que una actitud negativa frente a esta edad afecta la memoria, la audición y la demencia y los problemas cardiovasculares. Esta visión negativa viene de estereotipos sobre los viejos y de la discriminación por edad que aún se ve en muchos espacios de la sociedad y con los cuales crecemos todos. Estancarse en ello puede “sabotear su futuro”, dice la experta.
En diálogo con el diario The Wall Street Journal, las personas que adoptan estas creencias positivas sobre el envejecimiento tienden a comer dietas más saludables, hacer más ejercicio y con frecuencia toman más medicamentos recetados. Además de eso, “cuando fortalecemos las creencias positivas sobre la edad, las personas tienden a tener niveles más bajos de diferentes tipos de biomarcadores de estrés: niveles más bajos de cortisol con el tiempo, una respuesta cardiovascular más baja al estrés. Y hemos encontrado evidencia de que tienen niveles más altos de bienestar y autoeficacia que pueden conducir a cambios de salud beneficiosos con el tiempo”,dice la autora.
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La gran pregunta es cómo cambiar los estereotipos negativos por los positivos. Lo primero es analizar las intracciones sociales. Ella señala que muchas de las cosas que hoy se dicen sobre los viejos son mitos. Por ejemplo, la idea de que los viejos olvidan todo es errada, especialmente cuando a veces los demás usan como excusa cualquier tipo de olvido, incluso aquellos que se sabe pueden suceder a cualquier edad. “Hay muchas razones diferentes para ello: la persona estaba distraída, estresado o enojado” y no necesariamente el olvido se debe a un declive ni es una señal de que se ha reducido la capacidad para codificar información.
Aún más, según Levy, hay evidencia de que el cerebro puede hacer ciertas funciones mucho mejor que antes. Por ejemplo, la capacidad de recordar vocabulario y metacognición, o la capacidad de pensar intencionalmente sobre sus propios procesos de pensamiento, puede mejorar en la edad adulta. “Para el libro hablé con personas que mostraron algunos ejemplos impresionantes de dominio cognitivo en la vida posterior, como un actor de 84 años que memorizó el poema de 60,000 palabras “Paraíso perdido”, dijo al diario neoyorquino.
Algunos estudios han demostrado que la inteligencia emocional puede mejorar en la edad adulta. También hay investigaciones que sugieren que las motivaciones de las personas cambian a medida que envejecen. Tienden a pensar en contribuir a la sociedad y contribuir a los demás.
Una buena manera de empezar el cambio es celebrar a los viejos por haber hecho sus contribuciones a la sociedad, cualquiera que sean. También hay que dejar de tratarlos como niños chiquitos. Asi mismo, sugiere diseñar campañas de salud pública para que la gente conozca el daño que los mensajes negativos del envejecimiento pueden tener en nuestra salud. “Los médicos y enfermeras y otros proveedores de atención en salud también podrían verificar nuestras creencias sobre los viejos y nuestra propia vejez cuando van a consulta para así ayudarlos a cambiar su actitud”.