SALUD
Insulina: ¿cómo regularla para evitar subir de peso?
Mayo Clinic explica que el aumento de peso es un efecto secundario muy común en las personas que usan insulina.
La Clínica Universidad de Navarra (CUN) explica que la insulina es una hormona producida por el páncreas, encargada de controlar los niveles de glucosa en el organismo. “En los pacientes diabéticos se produce en baja cantidad o está ausente. (...) El uso de insulina permite a los pacientes diabéticos mantener niveles de glucosa normales en sangre”.
De acuerdo con la entidad, la insulina es utilizada en los pacientes con diabetes mellitus tipo I –dependientes de insulina– y en los pacientes con diabetes mellitus tipo II –no dependiente de insulina–. En este último caso, la insulina es empleada “en el control inicial de la misma o en circunstancias como el coma diabético, fiebre, infección grave, acidosis, cirugía, traumatismo, quemaduras graves o embarazo”.
Sobre la dosis necesaria de esta hormona, la CUN precisa que debe ser establecida por el médico tratante según las condiciones del pacientes, tales como la edad, el peso y el tipo de diabetes. Por lo general, esta es administrada mediante una inyección debajo de la piel (vía subcutánea), aunque también hay algunas insulinas que pueden inyectarse directamente en la vena (vía intravenosa), por personal médico y en casos de emergencia.
“La administración subcutánea debe realizarse en los brazos, muslo, nalga o abdomen, alternando el lugar de inyección de manera que un mismo lugar de inyección no sea utilizado más de una vez al mes. La inyección subcutánea de insulina no debe penetrar en ningún vaso sanguíneo y no debe aplicarse masaje en el lugar de inyección”, explica el centro médico. Hay ocasiones en las que se mezclan varios tipos de insulina en una misma jeringa, en ese caso la CUN señala que se debe introducir primero la insulina de acción más rápida. “La administración en este caso debe hacerse siempre por inyección subcutánea”, puntualiza.
Tendencias
Mayo Clinic explica que el aumento de peso es un efecto secundario muy común en las personas que usan insulina: “esto puede ser frustrante porque mantener un peso saludable es una parte importante de tu plan general de control de la diabetes”.
Sin embargo las noticias no son tan malas, pues la entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación afirma que es posible mantener el peso o bajarlo mientras se utiliza insulina.
“Cuando te inyectas insulina, la glucosa puede ingresar a las células, por lo que los niveles de glucosa en sangre disminuyen. Este es el objetivo que se busca con el tratamiento. Sin embargo, si ingieres más calorías de las que necesitas para mantener un peso saludable (en función de tu nivel de actividad), las células recibirán más glucosa de la que necesitan. La glucosa que las células no usan se acumula en forma de grasa”, explica.
Lo anterior deja algo en claro: tanto la alimentación como la actividad física son dos aristas que pueden marcar la diferencia, ayudando a prevenir que se aumente de peso, controlarlo, o en su defecto bajarlo. Mayo Clinic enumera algunos consejos que ayudan con este propósito:
- Contar las calorías: Comer y beber menos calorías ayuda a prevenir el aumento de peso. Conviene llenar la nevera de frutas y verduras y la despensa de granos integrales. “Planifica que cada comida incluya una buena mezcla de almidones, frutas y verduras, proteínas y grasas. En general, los expertos recomiendan que las comidas consistan en la mitad de verduras sin almidón, un cuarto de proteína y un cuarto de almidón, como el arroz o una verdura con almidón (como el maíz o los guisantes)”, afirma la entidad. El tamaño de las porciones también importa, debe ser moderado y evitar a toda costa comer por comer. Asimismo, es prudente tomar agua en reemplazo de las bebidas con alto contenido calórico.
- No saltarse las comidas: Dejar de comer no es una buena idea para bajar de peso, en algunos casos puede incluso provocar un aumento del mismo. Por lo anterior, Mayo Clinic explica que cuando las personas se saltan una comida, “es más probable que elijan opciones poco saludables en la próxima comida porque tienes demasiada hambre”. Sumado a lo anterior, el hecho de saltarse las comidas puede causar niveles bajos de glucosa en la sangre si no se ajusta la dosis de insulina.
- Practicar actividad física: Realizar entrenamiento físico ayuda a quemar calorías. La Organización Mundial de la Salud recomienda dedicarle mínimo 150 minutos a la actividad física a la semana. Mayo Clinic explica que la actividad física ayuda al cuerpo a usar la insulina de una forma más eficiente, “por lo que según la cantidad de ejercicio que planees hacer, es posible que debas reducir la dosis de insulina o comer un refrigerio. Es posible que el nivel de glucosa en la sangre baje incluso horas después de hacer ejercicio”.
- Consultar al médico sobre otros medicamentos para la diabetes: Hay algunos medicamentos para la diabetes que ayudan a regular los niveles de glucosa en la sangre, los cuales pueden contribuir en la pérdida de peso y permitirle al paciente reducir la dosis de insulina. Esta información debe ser consultada con el médico tratante.
- Tomar la insulina solo según las indicaciones: La entidad estadounidense advierte que los pacientes que necesitan insulina no deben saltar ni reducir las dosis de este producto con el objetivo de bajar de peso. “Aunque podrías perder peso si te inyectas menos insulina de la recetada, los riesgos son graves. Si no recibes suficiente insulina, tu nivel de glucosa en la sangre aumentará y también lo hará el riesgo de complicaciones de la diabetes”, puntualiza.