Vida Moderna
Las dos vitaminas que ayudan a recuperar el colágeno de las rodillas
A las personas de la tercera edad, el cartílago se les desgasta y afecta la adecuada movilidad.
El dolor de rodilla es una molestia que afecta a personas de todas las edades, desde adultos mayores hasta jóvenes, que experimentan malestar al caminar o flexionar la pierna.
Los especialistas han advertido que entre las causas se encuentran lesiones como una ruptura de ligamento o un desgarro de cartílago e incluyen además afecciones médicas, como la artritis, la gota y las infecciones.
Ante la posibilidad de que se presenten este tipo de afectaciones, el cuidado que tenga una persona puede ser suficiente para superar la situación, aunque en algunos casos se debe recurrir a fisioterapia y el uso de rodilleras. Sin embargo, en algunos casos, es necesario una intervención quirúrgica.
En algunas ocasiones, a las personas de la tercera edad el cartílago se les desgasta y afecta la adecuada movilidad, pues este es un tejido sólido y elástico que se compone por matriz extracelular y por células conocidas como condrocitos, cuya función es unir los huesos y generarles movilidad porque cubren los extremos de las articulaciones en las zonas de las rodillas.
Pero son diferentes los factores, como el envejecimiento, las lesiones o la obesidad, que pueden deteriorar progresivamente el tejido fibroso, el cual provoca que los huesos de la rodilla se rocen y cause dolores, enrojecimiento e inflamación.
Es por esto que ya a temprana edad es crucial preservar el cuidado de estos aspectos de la salud, a partir de la generación de ciertos hábitos o el consumo de ciertos alimentos que contengan vitaminas que ayuden a esta afección y son:
De acuerdo con el portal UnCOMO.com, “la lisina es un aminoácido esencial que forma parte de las proteínas que el cuerpo no puede producir por sí solo, por lo que las personas necesitan tomarla a través de ciertos alimentos”.
Dicho nutriente es importante incluirlo cuando la persona sufre de un deterioro en el cartílago de la rodilla, pues cuenta con propiedades regeneradoras que ayudan a producir colágeno y favorecer la absorción del calcio.
Los expertos en la salud recomiendan el consumo diario de lisina que debe ser de 12 mg por kilogramos y que se encuentra en los huevos, la soya, la carne roja, el queso, las legumbres, los frutos secos, el bacalao y la levadura de cerveza.
Otro nutriente es la vitamina C, ya que tiene un gran poder antioxidante que mejora las defensas del organismo y favorece a la producción de colágeno. Este compuesto contribuye a la circulación de la sangre y a la actividad de los vasos sanguíneos, lo cual acelera el proceso de curación de las lesiones y regeneración del tejido fibroso del cartílago.
Es por ello que las personas con esta afección deben consumir al día 75 mg de vitamina C como mínimo en el caso de las mujeres y en el de los hombres, 90 mg. Los alimentos en los que se encuentra son la piña, la naranja, la fresa, la mandarina, el tomate, el melocotón, el kiwi, la cebolla, la lechuga, las coles y los pimientos.
Prevención que se debe tener ante el dolor de rodilla
- Mantener un peso adecuado: todo kilo de más implica una presión adicional sobre las articulaciones y aumenta el riesgo de lesiones y artrosis.
- Mantenerse en forma para practicar deportes: es importante tomarse el tiempo para el acondicionamiento (calentamiento incluido).
- Ganar fortaleza y flexibilidad: una de las causas de las lesiones de rodilla es la debilidad muscular, por eso la recomendación es fortalecer los cuádriceps y músculos isquiotibiales, los músculos en la parte delantera y trasera de los muslos que ayudan a sostener las rodillas.
- Ejercicio con inteligencia: se trata de una recomendación dirigida especialmente para personas con artrosis, dolor crónico de rodilla o lesiones recurrentes, por lo que se deben cambiar los ejercicios. En estos casos se podría recurrir a la rutina de natación. Hacer aquaerobia u otra actividad de bajo impacto, al menos unos días a la semana, ayuda.
Ejercicios para fortalecer las rodillas
Una de las recomendaciones para evitar la artritis y fortalecer las rodillas es hacer ejercicio con un nivel de complejidad baja, el cual se puede practicar cuando llegue el dolor.
Entre ellos se encuentran caminar, que es una actividad sencilla que no implica gran esfuerzo ni resistencia. Además, se puede hacer en cualquier momento. Al caminar se calientan las piernas y el dolor comienza a disminuir.
También se recomienda montar en bicicleta, ya que es un ejercicio muy completo debido a que la persona trabaja diferentes partes del cuerpo, una de ellas son los músculos de los brazos y los glúteos, que estarán en constante movimiento y en un nivel alto de fuerza y resistencia.
La natación es otra de las alternativas, puesto que ayudará a relajar los músculos de casi todo el cuerpo y se activa el movimiento en las articulaciones, aliviando los dolores.
Elevar las rodillas de forma alterna, primero la derecha y luego la izquierda, es otra de las actividades recomendadas. Se deben hacer varias repeticiones al ritmo que mejor se le faciliten a la persona.
Un ejercicio que ayudará a estirar las piernas y flexionar las rodillas, es el de las cuclillas. Para ello, la persona debe ponerse de pie con las piernas separadas y bajando con las rodillas hacia los lados. Cuando se encuentre abajo, debe permanecer en esa posición unos segundos y luego subir lentamente para hacer otra repetición.
El portal Adelgazar en casa también recomienda estirar las piernas elevando los talones de los pies parándose de puntas y volverlos a bajar. Se pueden hacer varias repeticiones hasta que la persona sienta alivio.
Otra de las alternativas es la utilización de una banda elástica para hacer diferentes tipos de estiramientos que te ayudarán a aliviar el dolor de articulaciones. “Uno de ellos puede ser recostada sobre el suelo, boca arriba, con las piernas estiradas y con una banda elástica que puedas sujetar de las puntas mientras te ayudas con ella para elevar la pierna izquierda, luego la derecha y finalmente las dos”, destacó la publicación.
Finalmente, un ejercicio de estiramiento que será muy útil consiste en ponerse de pie con los pies juntos y ahora estirar los brazos y el tronco para alcanzar a sujetar con las manos los tobillos.
“Este ejercicio también lo puede hacer sentado sobre el suelo, con las piernas estiradas y llevas las manos a las puntas de los pies”, señaló.