Entrevista

“No se castiguen por sentir miedo”: Lucía Galán, la aclamada pediatra española, habla en SEMANA sobre las mayores preocupaciones de los padres criando a sus hijos

Lucía Galán, la aclamada pediatra española, habla en SEMANA sobre su nuevo estreno, El gran libro de Lucía, mi pediatra, en el que relata lo que tienen que saber los padres criando a sus hijos.

Lorena Mahecha S.

Lorena Mahecha S.

Productora periodística

12 de julio de 2025, 8:01 a. m.
Lucía Galán Bertrand, pediatra, escritora y divulgadora científica española.
Lucía Galán Bertrand, pediatra, escritora y divulgadora científica española. | Foto: guillermo torres-semana

SEMANA: Su nueva publicación, El gran libro de Lucía, mi pediatra, es como una biblia del cuidado infantil. Tiene más de 700 páginas. ¿Qué encuentran allí los papás?

Lucía Galán: Vamos a encontrar los problemas, las dudas, los miedos que con más frecuencia nos encontramos cuando tenemos un hijo. Desde el mismo nacimiento, con todo ese posparto, que es como un tsunami que nos arrasa a la mayor parte de las mamás, hasta la propia adolescencia, que es una etapa muy convulsa no solamente desde el punto de vista emocional. Hay muchos aspectos emocionales importantes para tener en cuenta. Qué hacer si mi hijo tiene fiebre, qué hacer si se cae y se golpea la cabeza, cómo empezamos con la alimentación cuando tiene 6 meses y cómo continuamos cuando tiene un añito. Qué es la escarlatina, qué es la tosferina, qué tengo que saber de las vacunas, qué es una varicela. Cómo puedo educar a mis hijos en las pantallas, el TDAH, las altas capacidades. Hablamos de circunstancias con las que indudablemente nos vamos a ir encontrando cuando tenemos un bebé.

SEMANA: Usted es una pediatra con casi un millón y medio de seguidores. ¿Cómo ha manejado esta faceta de su vida como especialista sin dejar su consulta?

L.G.: Para mí, las redes sociales son, aunque parezca así un poco chocante, mi manera de desconectarme de mi día a día. Realmente, las utilizo en los momentos de relajación, en mi tiempo libre. Soy consciente de la cantidad de miedos que puedo calmar con muy poquitos minutos de mis palabras. Cuando descubres ese poder que tienes, es muy difícil dejarlo. Cuando te das cuenta de que con un video de dos o tres minutos hablando de la prevención de la muerte súbita del lactante, por ejemplo, que también está en el libro, esa información llega a dos, tres, cuatro millones de personas, dices: “Es que esto en un momento dado puede salvar vidas”. Así ocurre con el conocimiento y con el saber. Entonces, lo compagino en mis ratos libres. Yo trabajo de sol a sol; mi trabajo es la pediatría, son mis pacientes y mis familias.

SEMANA: En la consulta y en los mensajes que le llegan en redes, ¿qué es lo que más les preocupa a los papás y las mamás?

L.G.: Depende mucho de la edad de los hijos. Cuando los niños son muy pequeñitos, son bebés, fundamentalmente les preocupa qué tengo que hacer para que mi bebé esté bien, cómo es la alimentación, el tema de las alergias, las vacunas, la primera vez que tienen fiebre, las convulsiones febriles. Estas son grandes preocupaciones en la primera infancia. A medida que van cumpliendo años, ya empiezan otros problemas: las rabietas, los berrinches, cuando nace un hermano cómo gestionarlo.

Cuando empieza en el cole y luego ya empiezan las enfermedades normales, las bronquitis, las neumonías, las gastroenteritis. Y en la adolescencia ya lo ocupa todo: me han cambiado a mi hijo, qué le está pasando, yo no reconozco a mi hijo, échame una mano en esto porque me siento una novata. O sea que depende un poco del momento vital de esa familia.

Un producto que está afectando la salud de los adolescentes
Un producto que está afectando la salud de los adolescentes | Foto: Getty Images

SEMANA: Dice que su lema es qué le gustaría que recordaran los niños de su infancia cuando usted ya no esté aquí. ¿Cuál es la respuesta en su caso?

L.G.: Es una pregunta muy potente con la que arranco uno de mis libros, Lo mejor de nuestras vidas. Fue mi primer libro y es una frase que yo me he ido recordando periódicamente a lo largo de mi propia maternidad en momentos de crisis personal. Siempre he dicho: cuando tienes una crisis personal, piensa en tus niños porque al final son nuestra luz, son los que nos dan todas las respuestas. Cuando te veas una madre abatida, triste, gruñona, enfadada, apagada, esa es la imagen que quieres que tus hijos recuerden de ti. Entonces, yo creo que esas cosas nos hacen cambiar. A mí me gustaría que mis hijos me recordaran como una madre alegre, disfrutona, real, que se equivoca, maravillosamente imperfecta, pero con mucha pasión, con muchas ganas, disciplinada, perseverante y peleona.

El hábito humano de hablar con bebés sería un rasgo evolutivo clave.
La forma en que los adultos se expresan ante los niños pequeños podría revelar el origen del lenguaje. | Foto: Getty Images

SEMANA: Si usted pudiera hablar con la mamá que fue cuando tenía sus bebés, ¿qué le diría?

L.G.: Le diría: Lucía, tranquila, no lo quieras saber todo desde el principio. La vida es muy larga, te va a traer muchas sorpresas, disfruta de cada momento, pero transita también esas épocas de dificultad que indudablemente tendrás, forman parte de la vida. Asegúrate de estar bien rodeada, porque al final somos un poco trocitos de las personas que nos rodean, y recuérdales a tus hijos cada día que los quieres incondicionalmente.

SEMANA: Las mamás a veces sufren por cosas sin importancia. ¿Sobre cuáles cosas cree que no merece la pena angustiarse?

L.G.: Es normal que las madres se preocupen al principio, porque la responsabilidad es muy grande. Entonces, ante una responsabilidad tan grande, los miedos son infinitos. Yo les diría que no se castiguen por sentir miedo, o sea que todas hemos sentido miedo. Que tampoco lo escondan, que busquen a personas referentes que las ayuden a calmar esos miedos, bien puede ser una pareja, bien puede ser una amiga, bien puede ser su mamá, bien puede ser su pediatra.

Pero que busquen esas personas refugio, de las que yo hablo, que las ayuden a ir creciendo y a ir ganando en seguridad, pero que no renieguen de esa parte miedosa que hay en la maternidad, porque existe. El miedo se combate con conocimiento, así es como se combate el miedo.

SEMANA: ¿Por qué cree que el exceso de información también les hace daño a los papás de hoy en día?

L.G.: Porque, desgraciadamente, la información que tenemos hoy en día no siempre es información rigurosa, no siempre tiene evidencia científica. Hay mucha gente que se aprovecha de situaciones desesperadas de pacientes; se aprovecha de esas personas vulnerables que ante una situación desesperada buscan soluciones desesperadas. Entonces, de cualquier tema que busques en la red vas a encontrar teorías opuestas; si no tienes la información adecuada, no sabes a quién creer, y eso genera mucho desasosiego, mucho, porque al final la responsabilidad última de tomar una decisión es tuya y es tu hijo el que está en juego.

Por eso es tan importante y por eso los divulgadores, y en mi caso yo, que soy pediatra y llevo tantos años en la profesión, siempre refuerzo en la consulta con mis pacientes: buscad fuentes fiables, no todo lo que leéis es verdad, no todo lo que veis en la tele es verdad; ponedlo todo en entredicho hasta que vayáis a una fuente fiable y lo corroboren. Creo que eso es una gran enseñanza que nos da mucha calma.

SEMANA: Ahora hay una gran preocupación por la salud mental de los niños. ¿Se está exagerando?

L.G.: No, no se está exagerando para nada. De hecho, lo que pienso y lo que sabemos es que hasta hace muy poco se estaba minimizando, se estaba tapando o no se le estaba dando la importancia que realmente debía. Pero las tasas que tenemos actualmente de depresión, de ansiedad, de suicidio en niños y en adolescentes no son para minimizar, sino todo lo contrario. Son para poner toda la carne en el asador y tomar medidas a nivel sanitario, institucional, de organismos públicos y a nivel familiar también para poner a los niños y su salud mental en el centro de todo.

SEMANA: ¿Por qué cree que hoy se dan más condiciones para que la ansiedad, la depresión y otras enfermedades aparezcan más temprano en la vida?

L.G.: Ahora se diagnostican precozmente porque yo creo que los sanitarios estamos mejor formados. Antes tú podías sufrir ansiedad o podrías tener un niño con depresión y nadie normalizaba que los problemas de salud mental también afectaban a la infancia. Entonces, yo creo que el propio desconocimiento hacía que no se diagnosticaran.

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