MASCOTAS

Panorama de la eutanasia en mascotas en Colombia ¿Es el último camino?

SEMANA conversó con médicos veterinarios sobre el panorama del cáncer en las mascotas en el país y los posibles escenarios para brindarles una muerte digna.

1 de febrero de 2025, 6:32 a. m.
Eutanasia en mascotas. | Foto: Adobe stock

El cáncer, que hoy en día sigue siendo una de las enfermedades incurables más desgarradoras a las que se enfrenta la humanidad y uno de los principales desafíos de la ciencia, también está golpeando fuertemente a las mascotas y a sus dueños. Aunque en Colombia no hay cifras concluyentes ni rigurosas sobre el panorama real del cáncer en pequeños animales como perros y gatos, se estima que uno de cada dos perros que tiene 10 o más años sufre esta enfermedad. Esta cifra impacta profundamente si se tiene en cuenta que el 67 por ciento de los colombianos conviven con al menos una mascota en su casa, siendo los perros los preferidos por la mayoría de las familias.

En el país, los tipos de cáncer más diagnosticados en perros incluyen linfomas, tumores de piel (como mastocitomas y sarcomas de tejidos blandos) y tumores en cavidades. En el caso de los gatos, predominan los linfomas y los carcinomas de células escamosas. Entre los cánceres con mayor mortalidad se encuentran el sarcoma histiocítico, que afecta principalmente a perros de la raza bernés de la montaña, y el carcinoma inflamatorio.

Ante este escenario, Óscar Rodrigo Sierra, médico veterinario especializado en oncología veterinaria, magíster y Ph. D., vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Oncología Veterinaria y fundador y director médico de Life Oncología Veterinaria, resalta la importancia del diagnóstico precoz, dado que cuanto más temprano se detecte la enfermedad, mayor es la posibilidad de cura y tratamiento. También sostiene que un diagnóstico de cáncer no es una sentencia de muerte y siempre se debe contar con la valoración de un oncólogo certificado.

Sobre ese aspecto, Giovanni Vargas, médico veterinario, especialista en Patología Clínica Veterinaria Brasil; MSc. y PhD en medicina veterinaria. Docente del departamento de salud animal y Coordinador del Servicio de Oncología, de la Clínica para pequeños animales de la Universidad Nacional de Colombia, señala que, lamentablemente, el diagnóstico de cáncer está asociado de una manera errónea a la muerte inminente de la mascota y eso ha llevado a que también se asocie con la eutanasia.

Vargas hace un llamado de atención sobre la delgada línea que existe entre la eutanasia y la distanasia. La primera debe entenderse y practicarse solo cuando el paciente está a punto de empezar a sufrir o ya hay sufrimiento y su calidad de vida está muy deteriorada por la enfermedad. La segunda es “el encarnizamiento terapéutico, no dejar morir al paciente mediante el uso de todos los tipos de medicamentos y tratamientos disponibles, a pesar de que la mascota está sufriendo y la enfermedad ha avanzado mucho”. En algunos casos, la línea entre las dos es tan delgada que los tutores de las mascotas y hasta los médicos veterinarios caen en la segunda debido al gran amor que se le tiene al perro o al gato y por el miedo a perderlos.

Conozca el electrodoméstico que le puede estar haciendo daño a su mascota.
Conozca el electrodoméstico que le puede estar haciendo daño a su mascota. | Foto: Getty Images

La mejor forma para determinar cuándo es el mejor momento para practicarle la eutanasia a una mascota es determinando qué tan afectada está su calidad de vida, un concepto ético, moral y filosófico que se aplica de la medicina humana a la medicina veterinaria. Las escalas de calidad de vida se definen de acuerdo con factores como que la mascota pueda comer y tomar agua por sí misma, que se pueda desplazar y no necesite ayuda mecánica para hacerlo, que no se canse, que no tenga dolor o signos de dolor, que manifieste felicidad en sus actividades diarias, que no pierda peso y que duerma. Estas escalas de vida son una gran ayuda para que la decisión frente a una eutanasia sea objetiva y médicos tratantes y tutores de mascotas puedan tomar el mejor camino.

Al respecto, Sierra sostiene que la eutanasia solo debe practicarse cuando hay un deterioro en la calidad de vida de la mascota: “Es una última instancia de tratamiento, es saber que ese paciente ya ha pasado por varias etapas de acompañamiento, en las cuales ya no se le puede ayudar más y hay sufrimiento”. Cuando la calidad de vida de una mascota con cáncer no se ha deteriorado, el camino apunta hacia alternativas terapéuticas que, si bien no garantizan la cura de la enfermedad, sí alargan su tiempo de vida sin necesidad de que sufran.

Al respecto, Vargas señala que con el avance de la medicina veterinaria y, por ende, de la oncología veterinaria, se están incluyendo tratamientos y medicamentos que antes no se ofrecían, como radioterapias, quimioterapias, electroquimioterapias, criocirugías y medicamentos especializados, como inhibidores de la tirosina quinasa. Además, instituciones como Life Oncología Veterinaria ofrecen inmunoterapia y cirugías reconstructivas.

En Colombia no hay cifras concluyentes ni rigurosas sobre el panorama real del cáncer en animales como perros y gatos.
En Colombia no hay cifras concluyentes ni rigurosas sobre el panorama real del cáncer en animales como perros y gatos. | Foto: Adobe stock

Sierra señala que “siempre se puede hacer algo y cuando no se puede curar se puede cuidar”, e implementar diversos tratamientos paliativos que le permitan a la mascota no sentir dolor mediante la analgesia. Esta incluye desde antiinflamatorios y cannabis medicinal hasta acupuntura. Otro punto importante es ayudar al animal para que no pierda el apetito, dado que algunas veces es un efecto propio de la enfermedad. En esos casos es importante ayudar a que el paciente coma y disfrute comer; por eso en algunas fases de la enfermedad se le suministran estimulantes del apetito.

A la discusión sobre la eutanasia en mascotas se suma también la responsabilidad económica de los tutores de los animales. Al adoptar o comprar una mascota, las personas no solo deben tener en cuenta los costos que conlleva la alimentación, higiene, adiestramiento, socialización y juego, sino también los de la salud. No tener los recursos económicos para asumir el tratamiento oncológico de una mascota no debería traducirse en una eutanasia, especialmente cuando la calidad de vida del paciente no está afectada.

Sin embargo, llegado el momento definitivo de una eutanasia, Sierra recomienda a los tutores de la mascota que la decisión siempre se tome de manera informada, libre y autónoma. Asimismo, aconseja que los dueños estén en el momento de la eutanasia para que el animal se encuentre rodeado de las personas que más lo amaron y le dieron tantos momentos de alegría.Un aspecto fundamental de garantizar una muerte digna para una mascota es que ambas partes se sientan en calma y el propietario tenga la certeza de haber hecho todo lo posible. Esta tranquilidad contribuye a la paz emocional de las familias.