Remedios caseros para fortalecer las uñas

Así como existen factores que pueden afectar el crecimiento de las uñas, también existen múltiples tratamientos caseros para fortalecerlas. Algunos de ellos están hechos a base de ingredientes naturales, como: aceite de oliva, ajo, cebolla, entre otros.

Para tener un sano crecimiento, las uñas requieren de mantenerse hidratadas, y recibir suficientes vitaminas A, B, C y E, además de aminoácidos y minerales.

El crecimiento y fortalecimiento de las uñas está asociado a los buenos hábitos de vida, principalmente en lo que respecta a la alimentación, ya que esta juega un papel clave en la nutrición de la piel, así como el crecimiento del cabello y las uñas.

Sin embargo, se debe destacar que la fragilidad unguenal las hace más vulnerables frente a millones de microorganismos y de esta forma, aumenta el riesgo de sufrir una infección por hongos en las uñas.

Tratamientos caseros para fortalecer las uñas débiles

Existen diferentes formas de revertir los daños ocasionados por algunos factores que debilitan las uñas y muchos de ellos consisten en tratamientos caseros hechos con ingredientes 100% naturales que ayudan a nutrirlas y fortalecerlas eficazmente.

1. Aceite de Oliva

El uso de mascarillas naturales con aceites vegetales puede contrarrestar los problemas asociados a las uñas y reducir su sequedad.

Uno de los ingredientes más populares es el aceite de oliva, este se considera muy beneficioso para la salud de la piel y las uñas, pues contiene ácidos grasos esenciales y vitaminas que las nutren de forma notable.

Ingredientes:

- 1/2 taza de aceite de oliva

Procedimiento:

Sumerja las uñas en la media taza de aceite de oliva y déjelas en remojo durante durante 20 minutos, posteriormente, lávese las manos con abundante agua y seque bien.

2. Esmalte de Ajo

El ajo es uno de los ingredientes más populares en el cuidado de las uñas ya que tiene compuestos azufrados y cualidades antibióticas y antioxidantes. Por ello se considera uno de los mejores productos naturales para fortalecerlas y evitar la aparición de hongos e infecciones.

Ingredientes:

- 2 dientes de ajo

- 1 esmalte transparente

Procedimiento:

Triture muy bien los dos dientes de ajo hasta obtener una pasta, introduzca la pasta en el recipiente que contiene el esmalte transparente y aplique una capa de este tratamiento todos los días durante una semana, verá los cambios al instante.

3. Jugo de cebolla

El jugo de cebolla también es una buena opción para evitar la aparición de hongos en las uñas, además de fortalecerlas y agilizar su crecimiento. Esto se debe a que la cebolla es rica en vitamina E, hierro y compuestos de azufre.

Ingredientes:

- 1 cebolla mediana

Procedimiento:

Pique una cebolla mediana, tritúrala en un recipiente y cubra sus uñas con la pasta. Deje actuar por 10 minutos y permita que el producto se seque en las manos antes de enjuagar. Puede repetir este procedimiento tres veces a la semana.

4. Áloe vera

Las propiedades del áloe vera van desde el punto medicinal hasta el cosmetológico. El cristal de sábila contribuye con el cuidado de la piel, pero también es beneficiosa para las uñas, ayudándolas a reparar, hidratar y desinfectar.

Ingredientes:

- Cuadros de gel de sábila

- 1 cucharada de aceite de oliva

Procedimiento:

Mezcle el gel de sábila con el aceite de oliva, aplique esta mezcla en sus uñas como si fuera un esmalte, deje que el tratamiento actúe durante 15 minutos y luego lave las manos con abundante agua.

Factores que debilitan las uñas

Si desea que los tratamientos caseros anteriormente mencionados surjan efecto en sus uñas, es importante que también tenga en cuenta que la mayor parte de la estructura de las uñas está compuesta de una sustancia conocida como queratina, este es un tipo de proteína que se encuentra en las células epiteliales y existen factores que pueden debilitarlas haciendo que se vuelvan quebradizas, desarrollando el síndrome de uñas frágiles.

Entre los factores que debe tener en cuenta para mejorar el cuidado de sus uñas, están las infecciones bacterianas, infecciones por hongos (onicomicosis), déficits nutricionales, mal hábito de morder las uñas, uso de productos químicos en la limpieza y uso de removedores con disolventes fuertes.