Vida Moderna
¿Se debe ayunar al tener problemas en la tiroides? Estos son los peores riesgos de esta práctica
La tiroides es la glándula responsable de segregar la hormona de la energía.
Al momento de padecer complicaciones relacionadas con la glándula tiroides, hay que tener en cuenta diferentes aspectos para controlar la dolencia. En este caso, es importante seguir una correcta alimentación y practicar algunos hábitos para la salud.
Los expertos de Medline Plus señalan que la tiroides es una glándula ubicada en el cuello encargada de controlar la segregación hormonal para distribuir energía por todo el cuerpo. En cuestión, estas células tienen relevancia en varios procedimientos fisiológicos, tales como respiración, ritmo cardiaco, regular el peso, el estado de ánimo y la digestión.
Respecto a la enfermedad de la tiroides, los expertos señalan que puede ocurrir por la falta de segregación (hipertiroidismo) o la carencia de la misma (hipotiroidismo). En consecuencia, cualquiera de los dos escenarios pueden desencadenar otras complicaciones, tales como bocio, cáncer de tiroides, nódulos y tiroiditis.
Para dar con el diagnóstico, un especialista de la salud deberá tener en cuenta la historia clínica, practicarle al paciente un examen físico y biopsias. El tratamiento depende del estado de la glándula, el tiempo que lleva irregular y los síntomas presentados. Sobre ello, los especialistas de salud pueden incluir un seguimiento con medicamentos, realizar terapia con yodo radioactivo o llevar a cabo una cirugía.
Tendencias
Una de las prácticas empleadas por las personas con esta condición es realizar ayunos prolongados, con el fin de impedir el aumento de peso. Bajar drásticamente las cantidades de comida y no consumir nada en periodos largos de tiempo han sido hábitos implementados por los pacientes, creyendo que harán la diferencia.
Sin embargo, el Laboratorio BSH Medical Express indica que esta acción constituye todo lo contrario: un retroceso en el tratamiento y algo más perjudicial que efectivo para los pacientes. Entre las funciones de la tiroides, una tiene que ver con la homeostasis energética, que no es más que darle estabilidad a las funciones internas del organismo que requieren gastar energía.
La glándula libera la hormona T4, la cual, a medida que se concentra, se transforma en T3 para ser distribuida por los tejidos. Cuando una persona decide no alimentarse en periodos prolongados, la conversión no se realiza correctamente y la T3 deja de tener actividad biológica, dejando al organismo sin el suministro energético.
El ayuno termina imponiendo un obstáculo en la disminución calórico-energética. Durante el primer momento, no hay mayor efecto, pero cuando se dejan pasar más de tres horas de falta de comida, el cansancio y la falta de energía será bastante notable, generando que las personas con esta condición no pueden desarrollar en óptimas condiciones sus funciones del día.
En consecuencia, cuando el ayuno es tomado como un hábito, el cuerpo se ve obligado a adaptarse a esto y entrar en un estado constante de ahorro energético, el cual imposibilita el funcionamiento de la tiroides. En ese orden de ideas, los diferentes órganos que dependen de la energía segregada no cuentan con las cantidades óptimas y así sus procesos también se ven afectados.
El ayuno conlleva a sentir constipación, tener fatiga persistente, ser intolerante a las bajas temperaturas, caída del pelo y piel seca. A nivel emocional, se presenta el desarrollo de cuadros depresivos o ansiosos.