Vida Moderna
Sin dieta: los siete trucos infalibles de los japoneses para estar delgados
Poner en práctica estas técnicas, puede ayudar para mejorar la apariencia del cuerpo.
Al rededor del mundo, cientos de personas pueden llegar a sufrir por algunos kilos de más, esto en primera medida se debe a una cadena de malas prácticas que terminan desencadenando en el cambio de la apariencia, condiciones físicas y también puede despertar algunas enfermedades.
Por esta razón, es que no solo la medicina, sino en general el mundo entero, busca crear conciencia en las personas con un peso alto, para buscar las maneras óptimas de llegar a una cifra ideal y, así, no estar en riesgo de alguna otra complicación.
En esta oportunidad, medios como El Confidencial, exponen trucos que usan los japoneses para mantenerse delgados, estas son siete prácticas que, al ser aplicadas por occidente, pueden resultar siendo beneficiosas.
Alimentación de fácil digestión: los japoneses llevan a rajatabla una alimentación basada en comidas que resultan fáciles de digerir por nuestro organismo. De hecho, están acostumbrados a consumir productos crudos durante los meses de verano (lo que les ayuda a afrontar el calor) y optan por los cocinados en el invierno.
Tendencias
No llenan su cuerpo a tope: se basa simple y llanamente en parar de comer cuando sienten cierta sensación de saciedad. De este modo, se sienten satisfechos y no necesitan darse un gran atracón, como ocurre en los países occidentales, donde culturalmente comemos hasta que no podemos más.
Enemigos del gimnasio: Caminar a diario, hacer yoga o estirar son algunas de sus prácticas habituales que, además, les ayudan a reducir el estrés, uno de los principales factores por los que el cuerpo usa la grasa de nuestro organismo.
El yin y el yang: basados en la dieta, el ejercicio, la meditación y la energía del yin y el yang. Se trata de comer y vivir en armonía y buscar el equilibrio de nuestro cuerpo.
“Para ello, la comida se divide en cereales integrales, como el arroz integral, la avena, la cebada, el trigo sarraceno o la quinoa (entre el 40 y el 60%), frutas y verduras (entre el 20 y el 30%) y judías y productos derivados (entre el 10 y el 25%)”, agregan.
Baños de agua caliente: esta actividad ayuda al cuerpo a quemar calorías, reduce los niveles de azúcar en sangre, disminuye la inflamación y facilita tener un sueño de mejor calidad. Solo bastan 20 minutos en agua con temperaturas que oscilen entre los 38 y 42 grados.
Una dieta de respiración prolongada: consiste en respirar durante tres segundos y exhalar fuertemente durante otros siete. La grasa está compuesta principalmente por carbohidratos, hidrógeno y oxígeno y, cuando este llega a las células, se descompone en agua y carbono, de forma que, cuanto más oxígeno utiliza el cuerpo, más grasa se quema”.
Mantenerse con una buena postura: consiste en sentarse en el suelo con las piernas estiradas y situar una toalla enrollada detrás de la espalda. Acto seguido, hay que tumbarse en posición recta con la toalla bajo la cintura e intentar acercar los dedos de los pies de forma que estos hagan un triángulo.
“Hay que levantar los brazos por encima de la cabeza e intentar juntar los dedos meñiques. Una vez lograda esta postura hay que permanecer en ella al menos cinco minutos”, terminan diciendo sobre las fórmulas que pueden ayudar a lograr un peso óptimo en caso de no tenerlo”, agregan.