Vida Moderna
Estos son los errores más comunes que hacen que el desayuno sea menos saludable
Se recomienda consumir algún alimento apenas se despierte.
Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios.
Actualmente, “las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, mucha gente no come suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, indica la Organización Mundial de la Salud.
Lo que muchas personas no saben es que la ingesta de alimentos saludables juega un papel fundamental en la regulación de los ritmos circadianos, que modulan la homeostasis de la glucosa y los lípidos. Por lo cual tener constancia acerca del horario adecuado para alimentarse es vital para evitar que determinadas complicaciones hagan presencia en el organismo.
Por tal razón, “el desayuno es la comida más importante del día”, se ha enseñado por ahí constantemente. Pues resulta que, de acuerdo con lo que esa frase y la ciencia indican, este servirá como motor o fuente de energía para el resto de la jornada, ya que constituye la primera ingesta de alimentos después de un tiempo considerable de ayuno (durante el sueño) y, además, antecede a las horas en las que más actividad física hay.
Tendencias
Según dos expertas en nutrición han compartido en The Healthy, un listado de errores comunes que suelen cometerse a la hora de consumir el desayuno, los cuales son:
- Espera mucho tiempo para comer: la nutricionista Amy Shapiro explica que cuando no se despierta una persona con hambre es porque comió bastante en la noche.
La quema de calorías es hasta 2,5 veces más elevada cuando se toma un desayuno abundante que cuando se trata de una cena copiosa, según una investigación. Por lo tanto, tardar mucho en ingerir alimentos tras despertarse podría disparar un apetito y comer más de lo necesario.
Shapiro recomienda que así no tenga ganas, desayune algo, ya sea una fruta o una bebida, para reactivar el metabolismo y evitar tener hambre después.
- Consume cualquier cosa por el camino: “Cuando no prestamos atención a lo que comemos, es más probable que haya más hambre poco después”, aseguró la nutricionista Andrea Moss. Esto se debe a que las opciones de consumo rápido incluyen un tipo de carbohidratos simples que solo darán energía puntual.
Además, ir comiendo mientras camina puede provocar problemas digestivos debido a la masticación acelerada y al no concentrarse en lo que se consume.
- Come avena instantánea pensando que es igual de saludable que cruda: la avena tiene todos los nutrientes para convertirse en un superalimento. Pues proporciona fibra, hidratos de calidad, controla el peso y ha mostrado beneficios frente a la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
El problema radica en que existen varios tipos de avena en función de su nivel de procesamiento, y si se escoge una instantánea lo que provoca es que esté ingiriendo menos fibra y más azúcares.
Según la Fundación Española de la Nutrición, la avena en hojuelas tiene el menor índice glucémico, mientras que la versión instantánea el mayor.
- Se sirve un buen tazón de cereales: de acuerdo a lo que dice Harvard Health Publishing, la mayoría de los que se toman para la primera comida del día tienen un alto índice glucémico, especialmente los copos de maíz. Y están elaborados con granos refinados, lo que significa que no cuentan con las fibras, vitaminas y minerales.
Por eso, los nutricionistas recomiendan cambiarlos por los copos de avena o si prefiere los cereales, pues la mejor opción es escoger una marca que contenga menos de 5 gramos de azúcar y más de 5 gramos de fibra.