Recicle los frascos de café y cree hermosos elementos para decorar la casa

En los hogares hay diversidad de elementos a los que se les pueden dar varios usos y crear otros que resultan divertidos e innovadores cuando de decorar las diferentes partes del hogar se trata.

En momentos en que se vuelve indispensable reciclar productos para ayudar a cuidar el planeta y proteger el medio ambiente, además de generar ahorros en el hogar, los frascos de café son una opción a tener en cuenta.

Estos elementos que rara vez faltan en el hogar, pues este es uno de los alimentos más consumidos, son clave a la hora de crear y generar ideas innovadoras. Así las cosas, se pueden usar los frascos de vidrio con tapa de plástico con el objetivo de crear una lámpara colgante del techo.

¿Cómo elaborar este elemento decorativo?

Lo primero que se debe hacer es limpiar de manera adecuada y muy bien los frascos de vidrio tanto en su interior como por fuera. Lo ideal es retirarle el papel que viene en su parte externa con la marca e información del producto. Este paso se puede realizar remojando el papel o haciendo uso de un secador de pelo.

Posteriormente, se toma la tapa de plástico y se hace un agujero con forma de círculo. Dentro de ese agujero debe caber una bombilla led pequeña, la cual está conectada a un cable, se cierra la tapa, se cuelga y ya estará lista la lámpara para ubicar en diferentes espacios de la casa.

Una de las recomendaciones es pintar las tapas con la idea de ajustarlas al color que predomine en la decoración del hogar. Una de las ventajas de esta idea de reciclaje es que las bombillas led no se calientan.

Otros usos

Sin embargo, este no es el único uso. Estos elementos pueden utilizarse para crear diversas alternativas de decoración. En la larga lista de usos están las posibilidades de guardar alimentos como granos, por ejemplo, para preservar en la alacena.

Para sacar provecho en este sentido, lo primero que debe hacerse es limpiar muy bien el frasco, quitándole las etiquetas y que quede perfectamente transparente.

Luego, se coloca una cinta de papel de manera vertical en el frasco y, posteriormente, se pinta toda la superficie del frasco y la tapa con color negro o el tono que vaya en línea con la decoración de la cocina.

Una vez que se seque la pintura, se quita la cinta de papel. Quedará una franja al descubierto que permite ver qué contiene el frasco, pero generando uniformidad de los elementos que contienen productos como granos, por ejemplo. En la franja que queda sin pintar es posible dejar así o marcar el frasco para identificar más fácilmente lo que hay en su interior.

Esta práctica puede realizarse no solo con frascos de café, sino con otros que se quieran reciclar y darles una segunda oportunidad de uso antes de tirarlos a la basura.