Opinión

Lo confieso, soy de extrema derecha

La realidad tarde o temprano saldrá a la luz.

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19 de diciembre de 2025, 11:00 a. m.
José Miguel Santamaría Uribe.
José Miguel Santamaría Uribe. Foto: SEMANA

No creo que exista un país donde quieran catalogar más a las personas ideológicamente. Todo el tiempo andan diciendo que x persona es de izquierda, extrema izquierda o centro, pero también para el otro lado es lo mismo, centroderecha, derecha o extrema derecha. La realidad es que tener tantos matices hace imposible armarlos en grupos. Existe la derecha y la izquierda, unos más, otros menos, todo lo demás es paja.

Mi caso es creo que particular porque me gusta o soy afín a lo siguiente:

1. Creo en el derecho a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural. No estoy de acuerdo con el aborto recreativo.

2. Tampoco me gusta o estoy de acuerdo con la eutanasia. Creo que nadie puede definir acabar la vida, debe ser natural.

3. Creo en el derecho a la propiedad privada.

4. Pienso que la justicia debe ser para todos igual. No creo que las minorías deban tener justicias independientes, como el caso de los indígenas, ellos se deben regir por los mismos mecanismos de la sociedad.

5. Creo en la libre competencia. En que el desarrollo económico debe ser regido por el mercado, por los particulares, entre menos se meta el Estado es mejor.

6. Pienso que indicadores como el Gini, que mide la desigualdad, poco aportan. La igualdad es imposible, lo importante es el empleo.

7. Pienso que, aunque debe haber algunos subsidios, estos deben ser limitados. El uso exagerado de subsidios crea sociedades perezosas, con falta de iniciativa y dependientes.

8. Creo en la explotación de los recursos naturales como la minería y el petróleo, con la legalidad como base para obtener recursos para el desarrollo de otras economías. El fracking es necesario para que Colombia siga teniendo autosuficiencia energética.

9. Soy un convencido de luchar y combatir contra los grupos delincuenciales. Sean cuales fueran, independiente de la ideología, las Fuerzas Militares deben tener todo el apoyo necesario para acabar con la delincuencia.

Por todo lo anterior, podría ser catalogado como el peor extremista. La izquierda debe pensar que manejo grupos paramilitares como mínimo, pero la realidad es que cada uno de esos puntos no tienen ningún extremo. Es más, son normales, lo que pasa es que el progresismo ha tratado del volver cada uno de estos temas como si fueran lo peor.

La realidad tarde o temprano saldrá a la luz. El globalismo no podrá seguir queriendo regir cada vez más a las personas, convirtiéndolas en personas dependientes y sin voluntad, para así poderlas manipular a su antojo.

El péndulo en Latinoamérica va hacia la derecha con fuerza. La semana pasada fue Chile, antes había sido Argentina, en el 2026 habrá dos elecciones fundamentales para la región, Colombia y Brasil. Esperemos que la tendencia y el péndulo se mantengan.

Los países entre más abrazan el progresismo, más pobreza generan y menos posibilidades de ingresos tienen. El caso de Venezuela es ejemplarizante, acabaron con toda la industria privada, el Estado copto todo y ya nada existe. Pasaron de ser el país más rico del continente a uno de los más pobres.