Este domingo 21 de diciembre de 2025, los hogares colombianos se reúnen para encender la cuarta y última vela de la corona de Adviento, un acto simbólico que marca la antesala definitiva del nacimiento de Jesús y el cierre de un ciclo de preparación espiritual. Con este gesto sencillo, pero profundamente simbólico, la espera llega a su plenitud y el corazón se prepara para recibir al Niño Jesús.

La culminación del camino hacia el pesebre
El Adviento, que proviene del latín adventus (venida), es el periodo de cuatro semanas con el que la Iglesia Católica inicia su año litúrgico. Durante este tiempo, la corona de ramas verdes y sus cuatro cirios se convierten en el centro de atención de las salas y parroquias. Este domingo 21 de diciembre, la luz alcanza su máxima intensidad, recordándonos que la Navidad está a solo tres días de distancia.
Este gesto litúrgico señala la culminación del tiempo de espera previo a la Navidad, consolidándose como uno de los momentos más íntimos y reflexivos para las familias antes de la Nochebuena.
¿Qué significa la cuarta vela?
Cada vela de la corona tiene un propósito y una carga simbólica. Mientras que la primera representa la esperanza, la segunda la fe y la tercera la alegría y la cuarta vela es conocida tradicionalmente como la “Vela de los Ángeles” o la vela de la Paz.

Su encendido representa la pureza y la luz que los mensajeros celestiales anunciaron a los pastores en Belén. En el contexto cultural colombiano, este domingo se vive con especial fervor, coincidiendo a menudo con las Novenas de Aguinaldos, lo que intensifica la atmósfera de unión y reconciliación en todo el territorio nacional.

Oración para encender la cuarta vela (21 de diciembre)
Para realizar este rito en casa, se recomienda crear un ambiente de silencio y respeto. También es importante intencionar la cuarta vela de la corona de Adviento:
“Señor, hoy encendemos la cuarta vela de nuestra corona. Al ver su luz, sentimos que la Navidad ya está aquí. Te pedimos que abras nuestros corazones para recibir a tu Hijo con amor y humildad. Que esta luz nos recuerde, que Tú eres la paz que el mundo tanto necesita. Bendice a nuestra familia y permítenos llegar al pesebre con un alma renovada.”
De acuerdo con la tradición y las fuentes litúrgicas consultadas, esta es la oración recomendada para este domingo:
Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. Y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa.
También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor, en el trabajo de cada día.
¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, a salvarnos!
(Con las manos juntas dice)
Ven, ven Señor, no tardes.
Ven, ven que te esperamos.
Ven, ven Señor, no tardes.
Ven pronto Señor.
El mundo muere de frío, el alma perdió el calor, los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor. Envuelto en sombría noche, el mundo sin paz no ve, buscando va una esperanza, buscando, Señor, tu fe. Al mundo le falta vida, al mundo le falta luz, al mundo le falta cielo, al mundo le faltas tú.
Amén.
En Colombia, la corona de Adviento no es solo un objeto decorativo; es un termómetro de la temporada decembrina. Desde las grandes catedrales en Bogotá hasta los hogares en las zonas rurales, el encendido de las velas se acompaña de cantos y reflexiones que buscan sanar heridas familiares y fortalecer la fe.










