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Transición del plástico, una responsabilidad compartida
Colombia ha aprobado la Ley 2232 de 2022 para reducir plásticos de un solo uso, alineándose con el Tratado Global sobre Plásticos de la ONU. Esta ley promueve la economía circular, la responsabilidad del productor y la innovación en prácticas sostenibles, buscando mejorar la gestión de residuos plásticos y fomentar hábitos de consumo responsables.
Colombia respondió al llamado global para reducir el uso del plástico con la reglamentación de la Ley 2232 de 2022, una iniciativa que alinea al país con el esfuerzo de las Naciones Unidas para tener un Tratado Global sobre Plásticos a finales de 2024.
Esta ley marca un hito en la gestión de residuos plásticos de un solo uso y se presenta como una oportunidad para impulsar y promover alternativas sostenibles en el marco de una economía circular. Así mismo, representa una invitación para que industrias, empresas y sociedad transformemos el uso y gestión de residuos de este tipo.
Cabe señalar que no es la primera medida que Colombia ha expedido en este sentido, ya antes se había adoptado el concepto de responsabilidad extendida del productor -REP- en la ya famosa (al menos para quienes trabajamos en esto) Resolución 1407 de 2018, en la que se exige que productores e importadores certifiquen el reciclaje de un porcentaje creciente de los residuos generados por los productos que introducen en el mercado.
La 1407 pertenece a una familia de normas REP, especialmente usada en Europa, que busca involucrar a los generadores, y no solo a los consumidores, en el aprovechamiento, especialmente de envases y empaques. Pero en dicha resolución las metas de reciclaje para los generadores eran globales, es decir, se podían cubrir las metas de reciclaje para cierto productor de plásticos, con otro tipo de plásticos o de cartón; esto particularmente se cambió en una reciente resolución de este año (R. 803 de 2024), en la cual se extendió el ámbito de aplicación a productores de envases y empaques, y fabricantes o importadores de productos de plásticos de un solo uso, y se detallaron metas específicas de recolección, aprovechamiento y reincorporación de material reciclado de cierto tipo de plásticos; es decir, plásticos se contengan líquidos deben tener un porcentaje de reciclaje de ese mismo tipo de plásticos y algunos elementos, como las botellas de agua, deben tener un porcentaje definido de plásticos reciclados.
Toda esta normatividad representa un avance significativo hacia la circularidad del plástico, contribuyendo a la reducción de su impacto ambiental y fomentando un mayor sentido de responsabilidad y cuidado hacia el medio ambiente y nuestros recursos naturales. Además, incentiva al sector industrial a innovar en el diseño de productos y empaques, promoviendo la reutilización y el reciclaje para reducir su impacto.
Empresas líderes del sector ya han demostrado su compromiso al obtener certificaciones de neutralidad en plástico, como lo invita a seguir la ley. Aunque estas acciones seguramente exigen inversiones iniciales, pueden traducirse en ventajas competitivas a largo plazo, dado que los consumidores valoran cada vez más los productos responsables con el medio ambiente. Esta transición hacia prácticas más sostenibles puede ser liderada por las empresas, especialmente en plásticos como el PET, donde ya existe una cadena de valor desarrollada. Sin embargo, en otros tipos de plásticos, como son los flexibles, aún hay mucho por hacer para consolidar soluciones de circularidad que permitan alcanzar las metas propuestas.
A nivel social, esta normatividad también nos invita a mejorar nuestros hábitos de consumo y asumir un rol activo en la reducción de residuos plásticos. En Colombia, se utilizan más de 1.500 millones de bolsas plásticas al año, muchas de estas terminan en los océanos, afectando la vida marina y la biodiversidad. Hoy, por ejemplo, el 100% de las bolsas que utilizamos en Veolia, para la recolección de residuos de barrido, son recicladas, 80% de la materia prima utilizada para fabricar estas bolsas, ha sido recuperada en nuestras operaciones de residuos.
En este momento crucial de cambio, las organizaciones del sector asumimos un compromiso firme y proactivo ofreciendo servicios que van más allá de la simple recolección de desechos. Nuestro enfoque incluye apoyar a las empresas para cumplir con las metas de recolección, aprovechamiento y reincorporación, contribuyendo así a la construcción de una economía más resiliente y competitiva.
Colombia cuenta con una oferta innovadora en la circularidad de plásticos que abarca la gestión del post-consumo y post-industrial, muestra de ello es la transformación de estos en nuestra planta de peletizado (Veolia-Plastiloop) para la obtención de pellets de plástico reciclado de alta calidad, lo que permite su reincorporación en nuevos productos, facilitando así a empresas e industrias la adopción de prácticas más responsables con el uso de este material.
Finalmente, la gran conclusión a la que llegamos es que solo a través de la colaboración intersectorial lograremos un cambio significativo para reverdecer el planeta como es nuestra ambición.
Por: Judith Buelvas / CEO Veolia Colombia – Panamá