‘El Estado puede ser un agente de cambio profundo’, Maribel Córdoba Guerrero

“El Estado bien gestionado es un agente de cambio profundo”. Con esa convicción ha construido su trayectoria esta mujer, que ha dedicado su vida al servicio público. “Estoy convencida de que la vida retribuye aquello que entregamos con compromiso y honestidad. Colombia necesita personas íntegras, con sentido de responsabilidad pública, que estén dispuestas a construir, con acciones y decisiones, un mejor futuro para todos”, afirma con firmeza. Esa es su línea rectora.

Nacida en Pasto y residente en Bogotá desde hace más de 25 años, su hoja de vida da cuenta de una vocación constante por el fortalecimiento del servicio público. Ha desempeñado funciones de alto nivel como secretaria general en entidades del orden nacional, procuradora delegadacon funciones ante la Jurisdicción Especial para la Paz y procuradora judicial ante el Ministerio Público. También ha sido asesora en la Procuraduría General de la Nación, docente universitaria, conferencista internacional y representante en Colombia de organismos internacionales de cooperación.

Durante su paso por la Federación Nacional de Departamentos, adquirió un conocimiento profundo sobre el régimen del monopolio rentístico de los licores y los juegos de suerte y azar, un tema que hoy lidera con visión estratégica desde la Gerencia de la Lotería de Cundinamarca, la más antigua de las 15 que operan en el país.

Gracias a un crecimiento del 15,5 por ciento en las ventas, la empresa alcanzó en el último año transferencias para la salud de los colombianos por más de 18.000 millones de pesos. “Cada billete de lotería vendido se traduce en recursos para la población más vulnerable, es decir, para el régimen subsidiado de la salud. Es un mecanismo que no solo fortalece la economía, sino que salva vidas”, afirma.

En 2024, su gestión fue reconocida con el premio Transformando País, otorgado por el grupo empresarial Gelsa, como testimonio de su compromiso con la promoción del juego legal y responsable en Colombia.

Se define como una mujer coherente y serena, profundamente comprometida con su familia, la lectura, el yoga y los viajes, espacios que le permiten mantener el equilibrio entre la vida personal y profesional. Para ella, el servicio público no es solo una responsabilidad institucional, sino una forma genuina de proteger los derechos humanos y hacer realidad los principios constitucionales de equidad y justicia.

“Creo en el poder transformador del servicio cuando se ejerce con honestidad y empatía. Las mujeres, en particular, tenemos una capacidad inmensa de disciplina, sensibilidad y compromiso. Cuando lideramos desde el corazón, somos capaces de cambiar realidades y generar un impacto duradero en la sociedad”.