Opinión

La educación como plan de gobierno

Las propuestas políticas en educación deberían tener alcances amplios, que permitan al gobierno de turno trabajar sobre lo ya labrado y sentar las bases del camino futuro.

Gloria Figueroa O.
14 de marzo de 2025, 3:51 p. m.
Educación
La educación debería impulsar el crecimiento económico, social y sostenible de todos. | Foto: Getty Images

¿Por qué en tiempos de elecciones los políticos dicen que la educación es el camino para la solución de todos los problemas, pero al momento de diseñar sus planes de desarrollo se dan cuenta de que no les alcanza el sueño y la relegan para lo que alcance? La primera respuesta es que los resultados en educación no son a corto plazo, sino a largo alcance. Por lo tanto, los resultados esperados no son visibles durante los cuatro años de gobierno.

Un niño tiene un proyecto de vida desde que nace y pasa por distintas etapas en el camino. Primero, necesita una nutrición adecuada que le permita desarrollarse y aprender. Luego, cuando crece y se convierte en adolescente, se enfrenta a decisiones de vida que determinan su futuro. Terminando el bachillerato, define los siguientes pasos que deberían estar enfocados en la transformación social para el mejoramiento de la calidad de vida de cada contexto. Al final, ¿la educación no se trata de trascender como seres humanos?

Después de este largo ciclo, que usualmente es de 17 0 18 años, ese proyecto de vida continúa con una posible ruta académica, técnica o productiva que permita ese desarrollo.

Volviendo a las propuestas políticas en educación y a la realidad de implementación de planes de desarrollo ―que son románticos y faltos de contexto porque siempre quieren lograrlo todo en cuatro años―, la educación no es para un lapso corto de vida, sino para toda la vida. Es un proyecto que se nutre de momentos y que debe impulsar el crecimiento económico, social y sostenible de todos. Por lo tanto, todos los proyectos que propongamos deberían tener alcances amplios, lejos de los egos de querer tener resultados propios y más bien ser parte de proyectos que impulsen la transformación.

Los planes de gobierno siempre deberían partir de las acciones que ya se han implementado en la historia del territorio, buscar cómo impulsarlas en el presente y visionar hacia dónde se dirigen en el futuro. No podemos implementar planes cortos para la vida, sin una visión del antes, durante y después. No olvidemos que somos pasajeros y que mientras estemos en el poder tenemos la posibilidad de impactar en el futuro de los conciudadanos, buscando siempre el bienestar de todos permanentemente.

Un buen referente es Buen Comienzo, en Medellín, un proyecto de primera infancia que fue impulsado por años y que ha sobrevivido, a pesar de algunas ideas de gobiernos que han querido hacerlo a un lado. Un proyecto que, gracias a los resultados de impulso que ha mostrado a lo largo de muchos años, se mantiene como bandera para el avance en la transformación social. Lo importante de esta iniciativa han sido los niños y no el gobierno de turno; es un valor constante que aporta crecimiento y que vale la pena seguir impulsando y creciendo.

Teniendo la referencia de este proyecto, desde la visión de educación deberíamos desarrollar mancomunadamente los conceptos de bienestar, impacto social, avance y crecimiento económico, porque durante los procesos de educación es cuando somos conscientes de nuestro crecimiento. Es una bola envolvente que va creciendo y que transforma nuestro diario vivir: pensar en un futuro con educación para todos y democratizar estos momentos en que crecemos juntos como comunidad.

Gloria Figueroa O., directora general de la Corporación Educativa San José de Las Vegas