“La gratitud constante nos ayuda a humanizar el liderazgo”: Silvia Barrero Varela

“Apoyar el crecimiento personal y profesional de cada uno de los miembros de mi equipo es mi aporte para lograr organizaciones en donde cada persona cuente por lo que genuinamente es y aspira”, afirma esta abogada, que sobresale en una compañía que está transformando la industria del tabaco hacia un futuro libre de humo.

“Es una industria que ha logrado combinar la ciencia, la tecnología y la multiplicidad de perfiles y roles para cumplir un compromiso histórico: dejar de vender cigarrillos en muchos países lo antes posible”.

Nacida en Barranquilla y radicada en Bogotá desde hace varios años, se graduó de la Universidad Javeriana y se especializó en Derecho Comercial en Los Andes. Inició su carrera en una firma de abogados y luego migró al mundo corporativo, donde ha ocupado cargos de alta responsabilidad por más de 20 años. Antes de llegar a PMI, fue la directora legal y de asuntos corporativos de Coca-Cola FEMSA.

“He construido mi liderazgo pensando que, para romper los estereotipos, primero debemos entender y aprovechar las particularidades de cada miembro del equipo. Al aceptar y apoyar las diferencias, encontramos los espacios de formación y crecimiento que logran potencializar la mejor versión de cada persona y nos permiten hacer la diferencia en la sociedad”.

Para ella, la filosofía corporativa también influye en la forma de liderazgo. “He encontrado en PMI, una compañía que tiene un alto compromiso con la inclusión y diversidad. La transformación de la que hablamos también se ve en su interior al romper con esos mitos de dirección que venían del pasado. Eso me ha permitido fortalecer mi liderazgo participando y promoviendo espacios de bienestar, desarrollo y de networking entre hombres y mujeres, que nos lleven a todos a un crecimiento continuo”.

Barrero se describe como una mujer que siempre encuentra razones para estar agradecida, y al servicio de quienes la rodean. “Es importante reconocer a los equipos de forma auténtica, fijarse en los pequeños detalles y hacerlos visibles, escuchar con atención y agradecer en privado y en público. Esto conecta, restaura y fortalece las relaciones. Pero también crea confianza y aumenta la productividad. La gratitud constante y consistente nos ayuda a humanizar el liderazgo”.