Salud
El enfoque científico de las prácticas de bienestar
El panorama laboral del ejecutivo contemporáneo está marcado por la alta demanda, el estrés crónico y el sedentarismo inherente a las largas horas frente al escritorio.

La realidad del ejecutivo de hoy ha transformado el cuidado del cuerpo, no solo en una cuestión de bienestar personal, sino en una inversión estratégica para la productividad y el alto rendimiento.
Largas horas frente al computador, agendas saturadas y altos niveles de estrés están dejando una huella silenciosa en la salud de los ejecutivos.
Hoy, las estrategias de autocuidado van mucho más allá de la dieta y el ejercicio, incorporando técnicas especializadas como el Drenaje Linfático Manual (DLM), terapias que buscan contrarrestar directamente los efectos fisiológicos del estrés y la inmovilidad, como la retención de líquidos, la tensión muscular y la fatiga, asegurando que la máquina corporal esté optimizada para sostener la exigencia mental diaria.
Salud y productividad
El Drenaje Linfático Manual (DLM), una técnica de masoterapia desarrollada en la década de 1930, está siendo explorado en el entorno profesional y ejecutivo como un recurso para el bienestar y el rendimiento.
Esta técnica ha ganado atención como respuesta a padecimientos como la retención de líquidos y la tensión asociados a estilos de vida de alta demanda.

Mecanismo de acción y evidencia
El DLM se caracteriza por la aplicación de movimientos suaves, rítmicos y superficiales sobre la piel. Su objetivo es estimular la circulación de la linfa a través de los vasos y ganglios linfáticos, facilitando la remoción del exceso de líquido intersticial, desechos metabólicos y macromoléculas de los tejidos.
Fernanda Mila, empresaria del bienestar y directora de Fernanda Mila Spa, explica que este masaje suave, realizado con las manos, activa el sistema linfático, reduce la retención de líquidos, mejora la circulación y alivia tensiones acumuladas. “Hoy el drenaje manual no es exclusivo de modelos o celebridades; cada vez más ejecutivos lo adoptan como estrategia para mantenerse en su máximo nivel de desempeño”, asegura.
La investigación clínica confirma varios efectos fisiológicos del DLM, principalmente en contextos terapéuticos:
- Edema e hinchazón: El beneficio mejor documentado es la reducción del edema, especialmente en el manejo del linfedema (hinchazón causada por la acumulación de linfa) y edemas postoperatorios o postraumáticos. Actúa al incrementar la velocidad de captación y transporte de la linfa.
- Sistema nervioso autónomo: El ritmo lento y la baja presión de las maniobras generan un efecto neurosedante. Los estudios sugieren que esto se debe a la inhibición del sistema nervioso simpático (respuesta de alerta) y la activación del sistema nervioso parasimpático (respuesta de descanso y relajación). Este mecanismo fisiológico contribuye a disminuir el estrés y la tensión muscular.
- Dolor e inflamación: Al favorecer el drenaje de sustancias tóxicas acumuladas en el tejido conectivo, el DLM puede tener un efecto analgésico secundario y reducir procesos inflamatorios no infecciosos.
Una revisión publicada en PubMed Central señala que el drenaje manual linfático ayuda a reducir edemas, mejorar la movilidad y aliviar el dolor en pacientes con inflamación. Investigaciones recientes en Europa y Estados Unidos también lo incluyen como parte de protocolos de rehabilitación, confirmando beneficios en la calidad de vida, el descanso y la sensación de ligereza corporal.
Si bien estos efectos (reducción del estrés, menor inflamación y sensación de ligereza) son relevantes para el bienestar general, es importante señalar que la evidencia que vincula directamente el DLM como terapia única con un aumento medible y sostenido de la productividad ejecutiva es, en gran medida, indirecta o se deriva de reportes anecdóticos. La técnica es vista como un apoyo de salud complementario.
Rutinas de autocuidado
Expertos en fisioterapia y bienestar recomiendan el DLM como parte de una rutina integral de autocuidado. La práctica se diferencia del masaje convencional por la suavidad de la presión y la dirección específica de los movimientos hacia los ganglios linfáticos.
En cuanto al autocuidado en casa, Fernanda Mila, terapeuta especialista en drenaje linfático, ha destacado un protocolo simplificado para el autodrenaje:
- Activación de Nódulos: Iniciar estimulando los ganglios linfáticos más cercanos al tronco (cuello, axilas, ingles) con un ligero bombeo.
- Movimientos Rítmicos: Realizar masajes muy suaves y rítmicos con las palmas de las manos, sin frotar la piel, manteniendo una presión ligera que solo estire el tejido superficial.
- Dirección Linfática: Deslizar las manos desde las extremidades (pies a rodillas y manos a axilas), siempre dirigiendo el movimiento en sentido ascendente hacia el tronco para guiar la linfa hacia los grandes colectores.
- Respiración: Integrar respiraciones diafragmáticas profundas, ya que la acción de los músculos abdominales actúa como un “bombeo” interno que asiste el movimiento de la linfa en el centro del cuerpo.
Mila, al igual que otros especialistas, subraya que, aunque el cepillado corporal en seco puede activar la circulación superficial y exfoliar, esta técnica no reemplaza la especificidad y baja presión del DLM requerida para estimular directamente la circulación de los vasos linfáticos, los cuales son muy superficiales. La técnica manual es la indicada para un drenaje linfático efectivo.
En resumen, el DLM es una técnica bien establecida en contextos clínicos para el manejo de edemas y presenta un sólido fundamento fisiológico en su capacidad para promover la relajación y el bienestar, aspectos que son, a su vez, pilares para un buen desempeño profesional.