Daniel Habif es escritor y conferencista inspiracional con más de 20 millones de seguidores en redes sociales. Ha compartido escenario con el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama y con el exdirector creativo de Apple, Ken Segall. Es considerado uno de los más importantes conferencistas de habla hispana en el mundo.A propósito del lanzamiento de su más reciente libro “Las trampas del miedo”, Daniel confesó cuáles eran sus mayores miedos. Uno de ellos fue padecer la enfermedad de Lyme, la cual le arrebató varios momentos de felicidad.“Fueron 8 años de lucha contra el Lyme. Lo he vencido en dos ocasiones. Uno realmente nunca se cura del Lyme, se queda con ciertas secuelas, pero sí fue uno de los miedos más duros y profundos que he tenido en mi vida”, aseguró Habif.Daniel Habif asegura que la pantomima ha tenido un impacto importante a lo largo de toda su vida. “Por eso soy tan gesticular, a veces soy algo circense, la forma como me expreso, la forma como me muevo en el escenario o en mis vídeos. Hay personas que piensan que es un performance o una sobreactuación cuando soy tan gesticular, pero proviene de algo que me transformó. La pantomima me ayudó a conocer bastante mi cuerpo y mi capacidad de expresarme con mi lenguaje.”Sobre su más reciente libro “Las trampas del miedo” Habif sostiene que empezó como una bitácora. Es un libro que invita al lector a ir un poco más allá de sus propias competencias, a exhortarse y a no avergonzarse por los miedo y las invulnerabilidades. “Lo que quiere este libro es acompañar y ser un libro al que puedas regresar para encontrar un punto de partida hacía diferentes lugares que te ayuden a tener una vida de mayor paz y bienaventuranza.”Sostiene que “para todos los que hemos perdido a un ser querido en la inoportuna muerte, primero este libro no es para pretender que nada ha pasado o ignorar las emociones, porque no hay atajos en el proceso del dolor y la única manera de enfrentar al dolor es pasar sobre ellos. Claramente cuando perdemos a alguien su ausencia es su única presencia que deseamos y existen dolores que no se pueden describir ni descifrar ni nombrar, porque la partida de una ser amado puede ser la ruptura de todo tu mundo y de todo su orden lógico. Porque no solo es tremendo el dolor sino la desorientación, la confusión. La muerte es una paradoja altamente punzante. Pero La muerte también sirve como punto de partida de un proceso de redescubrimiento del sentido de la vida.”